Ingresan 135 habitantes de Apatzingán a Palomas Mensajeras
Entre los beneficiados se encuentra María de la Luz Arzate Zendejas; tiene 45 años sin ver a su hijo
Morelia, Michoacán, a 29 de abril de 2019.- María de la Luz Arzate Zendejas, originaria y vecina de Apatzingán, tiene 45 años sin ver a su hijo, a quien se llevó a Estados Unidos cuando emigró en busca del llamado “sueño americano” y al que tuvo que dejar allá, obligada a retornar para ver a su madre enferma; hoy, con el apoyo del programa Palomas Mensajeras que impulsa el Gobernador Silvano Aureoles Conejo, ella se reencontrará con Roberto, su hijo.
Como María de la Luz, otros 134 adultos y adultas mayores del municipio de Apatzingán ingresaron al programa de Palomas Mensajeras y pronto verán cumplido su sueño.
El secretario del Migrante, José Luis Gutiérrez Pérez y el presidente municipal de Apatzingán, José Luis Cruz Lucatero, encabezaron la revisión de los expedientes de las madres y padres de familia que fueron ingresados a este programa de reunificación familiar.
El funcionario resaltó que, en Michoacán, con este programa y en colaboración con la Embajada de Estados Unidos en México, “se trabaja para reunir a las familias, para abrir nuevos círculos de colaboración y convivencia con sus hijos y sus nuevas familias que, en muchos casos, ustedes ni conocen; eso es Palomas Mensajeras, es construir desde el corazón”, refirió Gutiérrez Pérez a quienes en breve viajarán a EU.
Entre los nuevos integrantes de Palomas Mensajeras que pretenden viajar a California y Texas, se encontraba María de la Luz Arzate, oriunda de la comunidad de La Cofradía, quien rompió en llanto cuando fue notificada que había cumplido con el primer paso del programa, el cual le permitirá reencontrarse con su hijo Roberto Morelos, a quien no ve desde hace 45 años.
Compartió que su hijo nació cuando ella tenía 14 años; “a los 17 crucé por el cerro a Estados Unidos, allá estuve un año, pero se enfermó mi mamá y tuve que regresarme sola, lo dejé porque iba a regresar pronto, pero ya no volví y desde entonces no lo he vuelto a ver. Ya pasaron 45 años, tengo muchísimas ganas de verlo, me es muy difícil aceptar que no volveré a verlo, solo pido una oportunidad para estar con él y abrazarlo, conocer a sus hijos y a su esposa, a quienes solo he escuchado por llamadas telefónicas muy cortas”.