AMLO se retrae y pierde México


El vórtice del mundo está en Osaka, Japón, debido a que los líderes de las 20 economías más relevantes del mundo se reúnen en la cumbre del G20.
Mientras ello ocurre, el presidente mexicano se refugia en su zona de confort con una agenda doméstica que incluye su tradicional mañanera, que cada vez capta menor atención, y claro, la preparación del evento del lunes, en donde dará cuenta de los “logros de su gestión”.Es un error de graves consecuencias para el país que López Obrador decline asistir y en su lugar acuda Marcelo Ebrard.
Expertos en geopolítica y relaciones internacionales consideran que más allá de las sesiones programas entre los líderes, la cumbre del G20 constituye un foro para forjar alianzas y progresar en asuntos sensibles que provocan confrontación entre los países, por ello no es opción ausentarse debido a que el silencio constituye renunciar al diálogo y la búsqueda de soluciones de alto nivel.
En una entrevista publicada en El Universal, el director del Instituto de Estudios Internacionales de Gante, Dries Lesage, apunta: “Un país como México siempre ha desempeñado un papel activo y constructivo en las instancias multilaterales, pero hoy es blanco de la agresión y brutalidad de Donald Trump, ante lo cual debería haber una respuesta multilateral. Esas respuestas son elaboradas en un foro como el G20”.
Qué mejor tribuna que la cumbre de Osaka, en donde los ojos del mundo están atentos a los mensajes que se emitan, para posicionar la visión de México ante problemas como la migración, al tiempo de buscar amigos a la causa del país.

Es importante mostrar a Trump y sus pocos aliados que el resto del mundo le hace frente y está comprometido a seguir defendiendo el sistema multilateral, apunta el investigador.
Las economías del G20 representan cerca de dos tercios de la población mundial, 85 por ciento del PIB y más de 75 por ciento del comercio global.
Desde luego, los asuntos locales de nuestro país son relevantes, pero si escalamos a nivel mundial los peligros que acechan a la paz y las economías del orbe, como la guerra comercial entre Estados Unidos y China. La salida de estadounidenses de Medio Oriente y las guerras de Yemen, Nigeria y Sudán, además de Venezuela y Corea del Norte, son conflictos que encuentran su mejor momento de solución en cumbres como la de Japón.
Un ejemplo, la agenda del presidente de Estados Unidos contempla una reunión con Vladimir Putin, mandatario ruso, un día después con el presidente chino Xi Jinping, además se reunirá con Jair Bolsonaro, de Brasil, y otros encuentros bilaterales con cinco jefes de Estado.
El también maestro de la Universidad de Gante hace un apunte que esperemos no sea premonitorio: “El que México no esté presente al más alto nivel constituye un error. Si no estás en la mesa, estás en el menú; es decir, si te quedas en casa estás ayudando a quienes si asisten a que operen en contra de tus intereses”.
Dirán los simpatizantes de AMLO que el canciller cumplirá con creces; y tienen razón, pero recibirá el trato de su cargo y no la de jefe del Estado.
La agenda del G20 es intensa y relevante. La primera sesión, que se efectúa hoy, versará sobre finanzas, impuestos, comercio, inversiones y anticorrupción; y la segunda, en economía digital e inteligencia artificial.

El sábado prosiguen las plenarias con los jefes de Estado. La tercera tendrá por ejes la desigualdad, desarrollo sostenible, inversiones de calidad en infraestructura, salud global y cooperación para el desarrollo; y la última será sobre cambio climático, energía y ambiente.

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