EN LA ESPIRAL
Vicente González García
EL MUNDO OBSEQUIA AVANZADAS TÉCNICAS DE VIDA QUE DESFIGURAN LA NATURALEZA DEL HOMBRE
Hoy, al igual que ayer, para cualquier hombre sensato, no existe cosa más humillante que alguien lo considere “no ser él mismo”. Es decir, cuando le manifiestan que desconoce el propósito de la vida, y/o, de su existencia en este mundo.
Sin duda, esta situación se evidencia, cuando la persona va perdiendo ese conjunto de características que lo identifican como ser humano hecho a imagen y semejanza de Dios. Particularidades que se desvanecen en lo individual y consecuentemente en lo social, por arreglos, generalmente económicos, y donde a cambio, las personas tienen que servir a intereses que degeneran su origen o naturaleza.
Sin excepción, todos sabemos que nosotros mismos somos los constructores de las realidades que vivimos diariamente. Y siendo honestos, estas verdades, siguen manifestando SÍNTOMAS PATOLÓGICOS de que muchos somos demasiado exigentes e injustos con nuestros semejantes; igualmente dan signos de que tenemos UNA CONCIENCIA NEGRERA-TIRANA , que sigue consolidándose a partir de nuestros deseos y propósitos personales.
Este tipo de mezquindades, evidentemente que van salpicadas de un conjunto de ideas y doctrinas que se ajustan a las exigencias de ese indiferentismo que custodiamos celosamente desde la gran oficina de nuestros fríos y oscuros corazones que nos inducen a odiar y despreciar a nuestros semejantes.
Muchos pues, aunque diariamente presenciamos cómo se siguen destruyendo miles y miles de familias a causa de la infidelidad, de la drogadicción, el alcoholismo, los robos, los asesinatos, los secuestros, los abusos sexuales, la pornografía, etc., etc., seguimos aferrados a ese concepto erróneo de que la felicidad solamente se consigue a través del éxito económico e individualista.
Por ello es que nuestros esfuerzos no llevan otro anhelo sino, el de abrazar todo lo que hacemos para nosotros mismos. Esta loca actitud, desgraciadamente, a muchos nos ha hecho creer que somos el centro y fin de toda actividad humana. Sin embargo, lo que realmente estamos consiguiendo y evidenciando, es una distinción enferma y caprichosa.
Esta propuesta de vida, reiteramos, está influenciada por filosofías ajenas al espíritu cristiano. Dichas teorías de vida, aunque hoy por hoy, siguen mostrando que la razón por sí sola, es capaz de aceptar la igualdad entre los hombres y de establecer una convivencia cívica entre ellos, lo cierto es que sigue sin lograr establecer la hermandad.
Este proyecto, lo sabemos perfectamente, se sostiene en la apetencia desordenada e ilusoria de lo ilimitado. Así es que, QUIENES LE APOSTAMOS A ESTA PROPUESTA DE VIDA, TERMINAMOS CONVIRTIÉNDONOS EN UN ENGRANAJE MÁS DE ESE ENORME MECANISMO ECONÓMICO QUE SOLAMENTE OBEDECE APROPÓSITOS EXTERIORES.
Las actitudes que muchos tomamos, provienen de la fuente de los antivalores promovidos por mentalidades ateístas, que, nos guste o no, hoy nos siguen limitando de forma tajante a una desgracia inimaginable. Si alguien tiene mucho capital económico se le considera como cosa importante; en cambio, si poco o nada se tiene, la persona aparece como algo insignificante.
De esta forma es como las doctrinas irreligiosas siguen quebrantando el soporte espiritual y dignidad de la persona humana.
Como sociedad, seguimos dando señales de que nuestra realidad se sigue diseñando al antojo y capricho de estos grupos ideológicos que, cargados de conocimientos estructurados en verdades que mienten, desfiguran la respuesta única sobre la verdad del hombre, y lo sentencian a vivir en el sin sentido de la vida.
El peligro que representan estas ideologías, es que, va mucho más allá de lo meramente material. Buscan cegar y limitar la razón humana; la fe, la desechan totalmente.
También, le aseguran al hombre, que sus cualidades personales así como las consecuencias de su trabajo pueden cederse a cambio de buenas cantidades de dinero, de prestigio y de poder.
Así le forman la idea de que tiene más importancia lo que produce que su propia actividad creativa para inducirlo a que siga adoptando la ilusión de una felicidad ficticia que inconscientemente, el individuo, seguirá llamándola éxito, aunque la miserable realidad que nos circunda continúe segando vidas inocentes.
¡Sí!, ¡claro!, esta propuesta de vida, es un éxito, aunque derivado de la incredulidad, misma que hoy, sigue penetrando en las diversas culturas con sus nuevas e innovadoras modalidades que inclinan al hombre a la tentación de pretender convertirse en Dios.
Pero, ¿convertirse en Dios? ¡¡Claro que esto es imposible!! Sin embargo, quienes sigamos aferrados a estas tendencias materialistas que ciertos grupos de poder manejan a la perfección, pero que además, siguen internando personas afines a sus convicciones en los ámbitos empresariales, gubernamentales, así como en ciertas ONG’s, DEBEREMOS IRNOS CONFORMANDO CON DERRUMBAR A ALGUIEN Y SENTARNOS EN EL ESCAÑO DE QUIEN LO VAYA DEJANDO VACÍO.
Esto pues, no es otra cosa sino, un camino que conduce al hombre, al egoísmo, a la envidia y al odio.
Este es un sendero espurio y engañoso que intenta seguir confundiéndonos para que desechemos el auténtico camino del humanismo, que es benevolente y noble, que nos acerca a la orientación, atención, conocimiento y práctica que contiene la palabra de Dios, y donde todo hombre recupera y desarrolla su plena dignidad.
El hombre, al encontrar ese camino cierto que conduce a la verdadera sabiduría, experimentará un profundo amor por ella, porque esta le proporcionará el descanso a su fatiga y un gozo espiritual tras concretarse la vivificante unión íntima con su Creador.
Por todo lo antes citado, bien vale la pena recordar a SAN BASILIO, que, en su rica enseñanza, tras asegurar que los bienes materiales sólo tienen el propósito de servir a la gente, nos recuerda: “AL QUE SE APODERA DEL VESTIDO DE OTRA PERSONA SE LE LLAMA LADRÓN; PERO EL QUE NO VISTE AL POBRE Y PUEDE HACERLO, ¿NO MERECE EL MISMO NOMBRE?”.
También en este mismo contexto, SAN JUAN CRISÓSTOMO, el más elocuente(convincente) de los Padres de la Iglesia, nos reprende: “NO DIGAS ‘YO USO LO MÍO’, PORQUE USAS LO QUE NO ES TUYO; EL USO EGOÍSTA, TOLERANTE, CONVIERTE LO TUYO EN ALGO AJENO; POR ESO LO LLAMO UN BIEN AJENO, PORQUE LO USAS CON UN CORAZÓN ENDURECIDO Y DECLARAS QUE ES JUSTO, QUE SÓLO VIVES DE LO TUYO”.
SAN AGUSTÍN, también nos da una clara y contundente lección al puntualizar en su obra literaria “Confesiones de San Agustín”: <
¿EN CUÁL DE ESTOS TRES PENSAMIENTOS TE GUSTARÍA PROFUNDIZAR, PARA CORREGIR EL CAMINO ERRADO EN EL QUE VIVES?
O ES QUE, ¿TÚ TAMBIÉN ERES PARTE DEL VASTO GRUPO DE PERSONAS QUE PRESUMIMOS QUE YA LA HICIMOS EN ESTA VIDA?
¿CREES QUE NO HAY NADA MÁS QUE SE TE PUEDA ENSEÑAR Y, ESE ALGO O MUCHO, TE AYUDE A CORREGIR ESA ARRAIGADA Y MISERABLE CONDUCTA PARA QUE PUEDAS ALCANZAR LA PAZ INTERIOR QUE TANTO ANHELAS?
……..Hasta la próxima, si Dios, nos lo permite……