EN LA ESPIRAL

Vicente González García

“UNA COMPRENSIÓN ERRÓNEA SOBRE LA FE CATÓLICA, SE CONTENTA FÁCILMENTE CON UNA RELIGIÓN DE COSTUMBRES”

Hay quienes aseguran, que “las costumbres se hacen leyes”, y, ¡¡claro!!, el hecho de mencionar esta frase, en ningún momento se hace a partir de considerar las incoherencias que la misma conlleva en los diversos campos del diario ser y quehacer de los seres humanos.

Este punto de referencia, sirva mejor para darnos cabal cuenta de la insensibilidad en que muchas personas montamos el estúpido, absurdo e incomprensible concepto que tenemos respecto al propósito de la vida, así como del mal entendido, ó del desviado conocimiento del verdadero libre albedrío.

A partir pues, de que cada persona es el arquitecto y dueño de su propio destino, y como ser social, miembro y responsable también del mal o bien que se procura en la comunidad a que pertenece, podríamos preguntarnos: ¿Cuál es la respuesta que le estamos dando a Dios, y qué estamos haciendo para alcanzar y hacer realidad ese deseo profundo de encontrarnos y caminar de la mano con El?. ¡¡Sííí!!, con ese Dios que no miente ni engaña; con el Dios que da vida, y vida en abundancia; ese Dios que le da el auténtico sentido a los días, a los meses y a los años que se van sucediendo en su repetición, y que a través de estos, Dios mismo, nos sigue permitiendo ver los rasgos extraordinarios de su amor infinito.

Pareciera ser, en lo que corresponde a cada uno de los que nos hacemos llamar católicos “hasta el tuétano”, que nuestras actitudes de religiosidad se ha visto viciadas y mezcladas de “una plaga de falsedades” que la siguen distorsionando y deformando, de tal suerte que, en no pocas ocasiones, se ve absorbida por un mar de confusiones que “apenas sí expresa lo que debiera externar en su cabal contenido”.

Y es que, las manifestaciones de nuestra incoherente religiosidad, se ven plasmadas al desnudo ante un fenómeno muy notable.

Por citar un ejemplo, dibujamos de forma nítida que en las celebraciones Eucarísticas, cuidamos más nuestra forma de vestir y calzar; muchos, estamos más atentos a observar quién entra, cómo va engalanado y qué tipo de prendas lleva puestas.., ¡¡¡Puuufff!!!, ¡¡¡parece que ser que acudimos más bien a una pasarela de desfile de modas!!!, ¡¡¡estamos más preocupados por sentirnos importantes y quedar bien ante los demás!!!, ¡¡¡estamos más interesados en lo externo, en lo que causa una auténtica ceguera espiritual!!

La CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, debemos saber que indica “LA UNIÓN QUE DIOS ESTABLECE CON SU PUEBLO”. ¡¡Es semejante a la de una familia unida por la misma sangre!! Participar en la Eucaristía, indica a todo creyente católico que debe llevar un comportamiento nuevo. Este comportamiento va de la mano con el fiel compromiso de relacionarse con sus semejantes a partir de un amor efectivo. Y para alcanzarlo, el requisito indispensable es darle vida a la virtud de “La Humildad”, pues la Humildad es la Morada(la casa) donde habita la Caridad.

Y es que, como lo cita el Padre Fernando Lugo Serrano: (….)“con la práctica de la caridad y el transcurrir del tiempo, se va dibujando que la Cena Eucarística es también <una fracción de pan>, es decir, una fractura del egoísmo; es compartir lo que eres y lo que soy; es formar comunidad, trabajar para ser solidario y construir un mundo de mayor justicia y equidad”(Eucaristía, Celebración de la Vida” p. 117).

Sin embargo, aunque nos duela y “hagamos guacamole con el trasero”, muchos, al término de las celebraciones, nos retiramos con esa marcada indiferencia con la que entramos. Es decir, salimos sin propósito alguno de cambio en nuestras vidas.

Por ello es que no podemos evitar el hecho de sentirnos vacíos, porque, la cruda realidad es que cuando nos llenamos de nosotros mismos, estamos vacíos de Dios.

Al recurrir a la casa de Dios, sobre todo, los días domingos creemos que estamos participando en un espectáculo más o menos agradable, entretenido, e interesante. ¡¡Sííí!!, de ese tamaño es nuestra ignorancia, y no nos debe extrañar porque ahí, más que todo, tuvimos la oportunidad de exhibir nuestros atractivos y fascinantes vestuarios que porta nuestro cuerpo seductor.

Que no supimos ni qué mensaje nos externó la Palabra de Dios a través del sacerdote celebrante? ¿Que si no nos vimos involucrados afectiva ni razonadamente en la celebración?¿eso, qué interesa ?…¡¡¡Lo importante es que la gente nos vio que asistimos a misa, y que sepan que pertenecemos a una familia tradicionalmente católica!!

Estas, son verdades que a muchos “nos calan hasta lo más profundo de nuestro ser” y que no podemos disfrazar para justificarnos y decir que lo anotado son meras falacias.

Es pues una realidad inobjetable que muchas manifestaciones de nuestra religiosidad “¡¡siguen quedándose estancadas en disimuladas piadoserías que jamás habrán de dar un fruto substancioso, porque con nuestras actitudes, demostramos que nos basta con mantener lo devocional y que estamos contentos con una experiencia limitada a unos pocos momentos, ¡¡momentos que pasan sin dejar honda huella espiritual en nuestras vidas!!.

De igual manera, otra ocurrencia aberrante, es la afición a algunos santos que ignorantemente consideramos “milagrosos” y que nos permite proyectar en estos, nuestras necesidades de “respuestas mágicas” y la descabellada pretensión de fabricar un “dios a la medida de nuestros problemas y necesidades”.

Queda pues por demás claro que, tenemos la urgente necesidad de entrar en razón, y saber que este tipo de religiosidad que se sigue dando en nuestros días, ¡¡Sólo busca cumplir caprichos e impidiendo un compromiso serio en la relación con el Santo de los Santos que es, DIOS!!

Ciertamente que nuestras creencias erróneas respecto a la Fe Católica que decimos profesar, pueden ser un terreno árido en donde no disfrutaremos ver brotar ninguna flor de fe auténtica. Y es que, por la falta de una formación eficaz en la Fe, el terreno (nuestras vidas) se puede convertir en espacio para todo tipo de “supersticiones” y contentarnos con “una religión de costumbres” que finalmente se quedará en la piel de nuestras vidas.

Lo cierto es que, “Dios no se encuentra en este tipo de Fe”, y menos aún donde se hace de la religión un verdadero espectáculo, un comercio ilícito, y un tiempo para darle rienda suelta a todo tipo de vicios que denigra y deshumaniza al hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios.

En fin, muchos llevamos una vida que nos pesa demasiado, y ¡¡no sabemos qué hacer con ella!!, porque al final del día, llegaremos “CON EL CUERPO CANSADO Y CON EL CORAZÓN VACÍO”.

Los santos, son intercesores para alcanzar una gracia y mayor gloria de Dios. Son también, un ejemplo para seguir el camino que los llevó a convertirse en discípulos de Jesús.

¡¡DIOS NO PUEDE NUNCA OCUPAR UN SEGUNDO LUGAR, NI SER RELEGADO POR NADIE!!

Finalmente, y retomando una pequeña reflexión plasmada por el Padre Fernando Lugo  en su obra “Eucaristía Celebración de Vida”, preguntémonos: ¿Qué pensará Jesús de quienes interrumpen con desfachatez la Celebración litúrgica, con el ruido de sus teléfonos celulares, o entrando vistosa y ostentosamente a la reunión, saludando al compadre o besando en la mejilla a la comadre, y dejando que los niños corran por el templo como si estuvieran en la cancha de juego o en la hora de recreo del preescolar? ¿Qué pensará Jesús de quienes sistemáticamente llegan tarde, sin importarles distraer con sus pasos estrepitosos y cuchicheos (chismorreos) sonoros, moviendo bancas o pasando por encima de los pies de quienes llegaron puntualmente y tienen todo el derecho de escuchar completas(y en un ambiente propicio de silencio y recogimiento) las tres lecturas de la Palabra de Dios?

………………..Hasta la próxima, si Dios, nos lo permite….

“EN LAS CELEBRACIONES EUCARÍSTICAS, CUIDAMOS MÁS LAS FORMAS EXTERNAS DE COMUNICAR QUE SOMOS IMPORTANTES”

“MUCHOS LLEVAMOS UNA VIDA QUE NOS PESA DEMASIADO, Y, ¡¡NO SABEMOS QUÉ HACER CON ELLA!!”

“LA HUMILDAD ES LA CASA DONDE HABITA LA CARIDAD”

¡¡DIOS NO PUEDE NUNCA OCUPAR UN SEGUNDO LUGAR, NI SER RELEGADO POR NADIE!!

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