Rafael Méndez: virtuoso trompetista jiquilpense de clase mundial; hoy es su aniversario luctuoso
Rafael Méndez falleció el 15 de septiembre de 1981; poseedor de un agran virtuosismo, estuvo en los principales escenarios del mundo
Jiquilpan, Michoacán. El nombre de Rafael Méndez Arceo, considerado el mejor trompetista del mundo, se enreda, igual que los de Feliciano Béjar, Lázaro Cárdenas, Anastasio Bustamante y otros, mezclado entre la verdad y las leyendas locales que van desde su nacimiento, en el Bosque Cuauhtémoc de esta ciudad, a su participación como trompetista del general Francisco Villa, que circulan hoy en día en su ciudad natal, una ciudad que se debate entre el recuerdo de la gloria cardenista con calles empedradas y una modernidad que se resiste a entrar de lleno en la vida cotidiana de los jiquilpenses.
Rafael Méndez en la memoria
Lo cierto es que, de los prohombres de Jiquilpan, el nombre de Rafael Méndez es quizá el menos conocido entre los habitantes locales. Vagos recuerdos de los integrantes de mayor edad de la familia Cano de esta ciudad que, entre penumbras, recuerdan haberlo visto llegar a Jiquilpan en su casa rodante y haberlo escuchado haciendo escaletas por las mañanas, o de músicos locales como Manuel Gudiño, quien cuenta emocionado que Rafael Méndez le regaló alguna vez un disco de su música, regalo que le hizo llorar al recibirlo, o Alejandro Gálvez, primo de Méndez Arceo, a quien le regaló varios trajes que el trompetista había usado durante sus giras en Estados Unidos.
Irene Arceo e hijos.
Rafael Méndez Arceo fue uno de los músicos de mayor alcance internacional, al grado de pisar escenarios que en aquellas épocas estaban prácticamente vedados para los artistas latinos. A Méndez Arceo se le recuerda como poseedor de una técnica particular y especial de respiración, lo que le permitía un dominio pleno y único de la trompeta, que incluso sentó las bases para una técnica específica de musicalización. Las crónicas de las actuaciones de Rafael Méndez Arceo de Estados Unidos le colocan incluso en ocasiones por encima del músico afroamericano Louis Armstrong, considerado por los críticos norteamericanos como el máximo exponente de la música norteamericana.
Contexto histórico
En lo que respecta al nacimiento de Rafael Méndez, el investigador y docente del Centro de Estudios de las Tradiciones del Colegio de Michoacán (CET-COLMICH), Álvaro Ochoa Serrano, paisano, por ciento, del trompetista, señala que a partir del mes de mayo de 1906 “recibió –igual que sus hermanos y hermanas– la primera instrucción musical de su padre. Maximino Méndez Gutiérrez dirigía la Orquesta Méndez, grupo familiar que actuó en festivales y fiestas locales, en Michoacán y partes de México.
Familia Méndez.
Los Méndez Arceo vivieron la gran conmemoración. Desde 1907, el presidente de la República instituyó la Comisión Nacional del Centenario de la Independencia. Ésta realizó actividades y obras públicas en 1910 al son de orquesta y banda. Las autoridades jiquilpenses ordenaron blanquear el frente de las casas, adornaron el kiosco, colocaron estatuas de las estaciones del año en cada esquina de la plaza. La dictadura controlaba hasta el último rincón del país, incluidas las elecciones. La presidencial de 1910 se redujo a la fórmula oficial Díaz-Corral. El aspirante por la libre Francisco I. Madero, hacendado e industrial coahuilense, creyó en la promesa del dictador de permitir en la sucesión el concurso político a «un partido de oposición».
Subían precios, aumentaban las quejas; surgían inconformidades. Pese a todo, clubes reeleccionistas elogiaban al régimen. Pero profesionistas, empleados, pequeños comerciantes y rancheros afectados en sus intereses establecían clubes de la contra, en mayo de 1909 a partir del modelo capitalino que postuló las candidaturas Madero-Pino Suárez, Madero-Vázquez Gómez. Previa invitación, entró el Club Antirreeleccionista Democrático Jiquilpense encabezado por el médico del lugar. Mientras, el «viva Madero, muera la tiranía», pintado en paredes de Jiquilpan, se leía en el periódico católico El País en noviembre de 1910. Valido de la ocasión, el aparato porfiriano sofocó opositores y aprehendió a Madero. Salió a relucir el armamento para la revolufia”*.
Maximino Méndez e Irene Arceo, padres del músico.
Entre carencias y racismo emerge un genio
En ese contexto es que se desarrolla la infancia de Méndez Arceo, quien en 1926 se traslada a Estados Unidos al domicilio de un primo Gálvez Arceo, con la intención de hacerse de un nombre en el ambiente musical. “En 1926, a los 20 años cumplidos, buscaba consagrarse para un público más numeroso y mostrar su estilo musical. Primero trabajó en los hornos de hierro. Como cualquier paisano allá, sudó en las fundiciones de Gary. Participó de corazón en la Mutual Jiquilpense con el fin de ayudar a camaradas en desventura y comprar bancas para el templo de su querencia michoacana.
Sin embargo, padeció la frialdad de la segregación en la Ciudad de Acero. Le platicó a uno de sus primos que en Estados Unidos había sufrido mucha discriminación por su color. La mamá, doña Irene, era blanca y de ojos azules. En la familia había de todos colores: unos más claritos y otros más oscuritos.
Rafael Méndez (primero a la izquierda), en su faceta de beisbolista.
Él abrazaba a su mamá, la acariciaba y le decía: “Ay, madre, ¿a dónde hubiera yo llegado, si hubiera sacado tu color? Que así le decía. Pero, ni modo dice, salí a mi papá [don Maximino]. Eso platicaba*.
Sobre la leyenda del nacimiento de Rafael Méndez en lo que actualmente es el Bosque Cuauhtémoc de esta ciudad, ésta pudo darse a raíz de que uno de los hermanos de Rafael, Antonio, músico también pasaba temporadas lejos de su hogar trabajando, lo que lo llevó a una vida un tanto bohemia, al grado de que continuamente y ante los reclamos familiares señalaba haber nacido en la calle.
La música de Rafael Méndez
La región Ciénega de Chapala entraba de lleno al conflicto religioso derivado de la Ley Calles, mientras, en Flint, Michigan, Rafael Méndez se contaba entre los trabajadores latinos de la armadora automotriz Buick, mientras en sus ratos libres buscaba colocación como trompetista. Fue justo en un parque en el que la orquesta patrocinada por la armadora automotriz ofrecía un concierto que Rafael Méndez pidió de favor que le permitieran hacer un solo de trompeta. “Su tímida petición de tocar un solo fue concedida y tomada como una broma, pero luego que la última nota de su trompeta prestada se desvaneció en el aire de ese verano, Rafael ya era un músico con empleo (memorias de Antonio Gálvez Bravo, 2002, citada por Ochoa Serrano). Dejó de armar coches. Equipado con su instrumento musical, pronto empezó a tocar en bandas profesionales y orquestas de teatro; por ejemplo, la de los teatros Capitol y Fox, en Detroit. En esa misma ciudad, Méndez conoció a su esposa, Amor Rodríguez, con quien se casó en 1930 y vivió hasta que la muerte los separó, ya en California.”.
Hollywood brindó una gran proyección a la carrera del músico jiquilpense pues, de acuerdo con el investigador y docente Álvaro Ochoa Serrano, en 1939, el trompetista figuró en la orquesta de los Estudios Metro Goldwyn Mayer (MGM), para 1941 cumplió cabalmente el papel de trompeta principal en la legendaria agrupación. Musicalizó varias películas; muchas de esas grabaciones, ahora, clásicas.
Nadie es profeta en su tierra.
Sin embargo, pese al éxito alcanzado y la bastedad de su producción cinematográfica, actualmente en su ciudad natal son pocos los que dimensionan su obra o conservan algunos de sus discos en sus colecciones particulares, al grado de que los intentos de festivales realizados en honor al músico jiquilpense no han sido relevantes en cuanto a la asistencia de personas, pese a que se trató de eventos de corte internacional o cantantes de talla nacional como José Ángel, El Cuervo, en 2013.
Un documental en celuloide (año 1956) exhibe su obra. Forma parte de una serie didáctica producida por Mills Picture Corporation. En el documental sobre Rafael Méndez, el trompetista empieza con la obra “Scherzo en D menor”. Al terminar la ejecución de la pieza, técnica y artísticamente formidable, Méndez presenta una breve historia de ese instrumento de viento. Sigue con una interpretación del tercer movimiento del “Concierto para trompeta y orquesta”, de Haydn. Luego afina la iniciación artística en la banda de su padre y cómo una familia de músicos de un pueblo cercano, en pos de mejor vida, se avecindó en Jiquilpan.
Rafael Méndez apareció en una escena de la película «Cowboy», protagonizada por Glenn Ford y Jack Lemmon en 1958. En la escena, Méndez está sentado en la barra de una cantina mexicana tocando «El Gitano».
“El hijo mayor de dicha familia, muy hábil, de inmediato trató de sacar a mi padre del negocio. Por supuesto que no lo logró; sin embargo, en seis u ocho meses maniobró para casarse con la hija del potentado lugareño. El poder del dinero de la familia le facilitó llevarse a los músicos de mi padre. Le dejó un montón de compromisos, pero sin banda para tocar y cumplirlos. Mas conservaba quince criaturas, diez hombres y cinco mujeres. Decidió formar una banda con sus hijos. Conocía al cornetista en la banda, tenía entonces cinco años de edad. El único instrumento que podía tocar era la corneta, así que tomé la corneta y me convertí en cornetista”*.
Una estatua en las inmediaciones de la Plaza de la Aguadora en el centro de Jiquilpan, guardias de honor por parte de las autoridades locales en los aniversarios de natalicio y fallecimiento, al menos tres festivales no bien logrados del todo en los municipios de Jiquilpan y Sahuayo, la presentación de un libro, tomado como base para este trabajo y la incansable voluntad de Álvaro Ochoa Serrano, constituyen quizá los únicos elementos con los que se busca lograr que el nombre de Rafael Méndez Arceo se reconocido por el común de la población en igual medida que los de Lázaro Cárdenas, Anastasio Bustamante, Diego José Abad, Feliciano Béjar, Damián Alcázar y otros jiquilpenses que han ganado renombre en lugares y espacios tan ajenos a la política, la religión o las artes.
La estrella dedicada a Rafael Méndez en el Paseo de la Fama en Hollywood es el elemento que consagra al jiquilpense como el mejor trompetista del mundo, título que, sin embargo, no describe con precisión al músico, arreglista y creador de métodos de música.
Estrella en el Paseo de la Fama, en Hollywood.
Entreverado o enredado en esta penumbra que se forma cuando se mezclan el mito y la realidad, el nombre de Rafael Méndez Arceo se va perdiendo con el correr de los años y el pasar de las generaciones; las actuales sólo le recuerdan como “el mejor trompetista del mundo” o “el del vuelo del abejorro”. Pocos, cada vez más pocos, conservan siquiera escondido en lo más profundo de su memoria las películas que musicalizó, los temas que escribió o incluso sus esporádicas apariciones en la pantalla grande de Estados Unidos o su destacada participación como conductor de radio para una estación de Pasadena, en California.
*Tomado de Álvaro Ochoa Serrano. 2015. “La música va a otra parte. Mariache México-USA”. El Colegio de Michoacán y El Colegio de Jalisco.