Ultimátum de AMLO: García y May tienen 45 días para terminar el censo del Bienestar
Malestar por los planes electorales del secretario en Tabasco. Maury despide 400 empleados en el Banco del Bienestar.
El llamado censo del Bienestar debía estar concluido en el primer semestre de la administración de Andrés Manuel López Obrador. A casi dos años del inicio del Gobierno el tema sigue pendiente y eso enerva los ánimos en Palacio Nacional.
En las últimas semanas el presidente ha vuelto a la carga con temas que parecían haber quedado superados por la realidad pero que él ahora se encarga de retomar mediante llamadas terminantes con secretarios y coordinadores.
La semana pasada llamó, sin anticipo alguno, a dos secretarios para preguntarles en qué estado se encontraba el plan de descentralización de la dependencias federales. «¿Para cuándo te mudas?», lanzó López Obrador en esos contactos sin anestesia y, por supuesto, las respuestas fueron poco satisfactorias. Y es que hace meses que no se habla de descentralización.
Con el censo del Bienestar ocurre algo similar. Parecía un tema perdido pero esta semana el presidente les dio el ultimátum a Gabriel García y al secretario Javier May: tienen hasta mediados de noviembre para que el censo de los receptores de apoyos sociales quede concluido.
Con el secretario recientemente ascendido, según pudo conocer LPO, hubo una tirria especial porque este se encuentra haciendo estrategias electorales en Tabasco y con la bendición del director general de Pemex, Octavio Romero. Una falta de foco que no agrada en la cúpula y tampoco en las oficinas del gobernador Adán Augusto.
La demora en el censo, como explican cerca de García, está muy ligada a los monumentales obstáculos para poner en marcha el llamado Banco del Bienestar. Si el Banco estuviera funcionando y los apoyos se cobraran por esa vía sería más simple centralizar toda la información. El problema es que el banco no solo no avanza sino que Diana Álvarez Maury, titular de la entidad, despidió en el último mes 400 empleados de esa estructura que al parecer poco y nada hacían y habían llegado en los meses de gestión de Rabindranath Salazar, hoy por hoy con funciones periféricas en Segob.
El Banco tiene trabada la compra de cajeros automáticos y eso es lo que frena su puesta en marcha final. Maury tumbó esa licitación por sospechas de irregularidades.