EN LA ESPIRAL

Vicente González García

“ES UN DEBER INELUDIBLE PARA LOS PADRES DE FAMILIA  EDUCAR Y FORMAR A LOS HIJOS EN LOS VALORES HUMANOS Y CRISTIANOS”

Para lograr una formación integral en los hijos, los padres de familia debemos tomar conciencia de la inexcusable responsabilidad de educarlos y formarlos a partir de los valores humanos y cristianos.

Para que esta necesidad primordial se vea preñada de notables beneficios, se debe considerar como imprescindible “LA EDUCACIÓN DE LA CONCIENCIA”.

Esto representa, una tarea de toda la vida, como bien lo señala el Catecismo de la Iglesia Católica al explicarnos que: “Desde los primeros años despierta al niño al conocimiento y la práctica de la ley interior reconocida por “la conciencia moral”. Una educación “prudente” enseña la virtud; persevera o sana del miedo, del egoísmo y del orgullo, de los insanos sentimientos de culpabilidad y de los movimientos de complacencia, nacidos de la debilidad y de las faltas humanas. La educación de la conciencia garantiza la libertad y engendra la paz del corazón” (CIC 1784).

Igualmente, sobre “LA CONCIENCIA MORAL”, este rico documento eclesiástico, destaca que: “Una conciencia bien formada es recta y veraz, formula sus juicios según la razón, conforme la bien verdadero querido por la sabiduría del Creador. Cada cual debe poner los medios para formar su conciencia”.

En este mismo contexto, los Padres del Concilio Ecuménico VATICANO II, sostienen que: “En lo más profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia de una ley que él no se dicta, a la cual debe obedecer y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos del corazón, advirtiéndole que debe amar y practicar el bien y que debe evitar el mal: haz esto, evita aquello. Porque el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente.

La conciencia —agregan los Padres Conciliares–, es el núcleo más secreto y más sagrado del hombre, en el que éste se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquella. Es la conciencia la que de modo admirable da a conocer esa ley, cuyo cumplimiento se realiza en el amor de Dios y del prójimo”.

Del mismo modo, explican que: “La fidelidad a esta conciencia une a los cristianos con los demás hombres para buscar la verdad y resolver con acierto los numerosos problemas morales que se presentan al individuo y a la sociedad”.

Y, puntualizan: “Cuanto mayor es el predominio de la recta conciencia, tanta mayor seguridad tienen las personas y las sociedades para apartarse del ciego capricho y para someterse a las normas objetivas de la moralidad”.

En este mismo documento los Padres Conciliares advierten que: “No rara vez, sin embargo, ocurre que yerre la conciencia por ignorancia invencible, sin que ello suponga la pérdida de su dignidad. Cosa que no puede afirmarse cuando el hombre se despreocupa de buscar la verdad y el bien, y la conciencia se va progresivamente entenebreciendo por el hábito del pecado”.

Por ello, SAN AGUSTÍN nos advierte: “RETORNA A TU CONCIENCIA, INTERRÓGALA. (….) RETORNAD, HERMANOS, AL INTERIOR, Y EN TODO LO QUE HAGÁIS MIRAD AL TESTIGO, DIOS”.  (San Agustín, In epistulam Ioannis ad Parthos tractatus 8,9: PL 35, 2041).

Indudablemente que, estas invaluables enseñanzas, nos siguen exhortando a todos, sin exclusión alguna, a iniciar de inmediato con esta tarea que a todos nos atañe: EDUCAR Y FORMAR A NUESTROS HIJOS EN LOS VALORES HUMANOS Y CRISTIANOS.

Esta misión, como se señala líneas arriba, “ES INAGOTABLE, TODA VEZ QUE, ES UNA TAREA DE TODA LA VIDA”, y, conlleva una VITAL e inaplazable importancia para LA UNIDAD y  el DESARROLLO INTEGRAL DE LAS FAMILIAS, DE LAS COMUNIDADES y de la SOCIEDAD EN SU CONJUNTO.  

Dentro de LA EDUCACIÓN Y FORMACIÓN DE NUESTROS HIJOS EN LOS VALORES HUMANOS Y CRISTIANOS, NO CABEN LAS IRRESPONSABILIDADES, NI LAS TARDANZAS, Y/O ESPERAS.

Hoy, muchos padres de familia, ESTAMOS COSECHANDO Y TRAGÁNDONOS CON GRAN DOLOR ESA INDIFERENCIA MOSTRADA HACIA LOS VERDADEROS VALORES.

Por tanto, nadie podemos jactarnos de estar exentos de haber caído, pero también, de SER LOS PROPIOS PROMOTORES DE AL MENOS, ALGÚN VICIO DE ESA INNUMERABLE LISTA QUE HOY TENEMOS FRENTE A NUESTRAS NARICES. INMORALIDADES ante las que nos vemos IMPOTENTES PARA ENFRENTARLAS.

Y todo ello, como lo dice San Pablo en su Carta a los Romanos: “(….) porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció: jactándose de sabios se volvieron estúpidos,(….).

“Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos; a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del Creador, que es Bendito por los siglos. Amén”.

“Por eso los entregó Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrazaron unos a otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío”.

Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, entrególos Dios a su mente insensata, para que hicieran lo que no conviene: llenos de toda injusticia, perversidad, codicia maldad, henchidos de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño, de malignidad, chismosos, detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, desamorados, despiadados. Conocen las sentencias de Dios y saben que son dignos de muerte quienes obran de esa forma. Pero no solamente lo hacen, sino que aprueban a los que actúan de igual modo”. (Rom. 1, 21-22; 24-32).

¿QUIÉNES Y CUÁNTOS SOMOS LOS QUE NOS PODEMOS EXIMIR DE POR LO MENOS ALGUNA DE ESTAS PERVERSIONES MUNDANAS QUE DENUNCIA SAN PABLO? Inmoralidades, que si bien, MOMENTÁNEAMENTE  SATISFACEN EL CUERPO ¡PERO MATAN EL ESPÍRITU!

¿VALDRÁ PUES LA PENA DAR COMIENZO “HOY” CON ESA EDUCACIÓN Y FORMACIÓN EN LOS VALORES HUMANOS Y CRISTIANOS QUE ADEUDAMOS A NUESTROS HIJOS?

YO, USTED Y LOS DEMÁS OBLIGADAMENTE TENEMOS QUE TOMAR UNA DECISIÓN.

LA DETERMINACIÓN QUE TOMEMOS, DEBERÁ SER CON CARÁCTER DEFINITIVO.

LAS  ÚNICAS ALTERNATIVAS QUE EXISTEN,  SON DOS: “UN SÍ, O, UN NO”.

RECORDEMOS QUE, DIOS NOS CONCEDIÓ LA LIBERTAD DE ELEGIR LIBREMENTE.

Por tanto, YO, USTED Y LOS DEMÁS, EN LO PERSONAL, SOMOS LOS RESPONSABLES DIRECTOS DE LA DECISIÓN QUE TOMEMOS.

Y, aunque pretendamos quedarnos sin decidir por un sí o un no, de todas formas, en la postura que deseemos quedarnos, ésta, siempre será PARA BIEN O PARA MAL.

Es decir, ¡no tenemos escapatoria!

¡Entonces qué! ¿LE ENTRAMOS O NO LE ENTRAMOS?

                ………Hasta la próxima, si Dios, nos lo permite……

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