EN LA ESPIRAL

Vicente González García

 “LA PACIENCIA DE DIOS NO TIENE LÍMITES, PERO LA VIDA DEL HOMBRE EN LA TIERRA SÍ TIENE UN FINAL”

No se puede entrar a la batalla de la vida, si no tenemos un corazón fraterno;  un corazón renovado a partir de los valores humanos y cristianos; un corazón a la medida del bondad de Jesús quien nos amó hasta la muerte, y muerte de Cruz.

Esta es una condición inobjetable para poder vivir la realidad de una vida auténtica. Sí, esa vida que conduce a cumplir la voluntad de Dios, y conocer la legítima identidad que tenemos con el nuevo Adán que vino a transformar al viejo Adán, creando una nueva criatura, una supernaturaleza hecha a imagen y semejanza de Dios.

Tener pues, un corazón en auténtico, significa darse cabalmente cuenta de los obstáculos que cada ser humano tenemos en el peregrinar por este mundo.

Igualmente es, conocer que dichas dificultades se encuentran fuera de la realidad de la verdadera vida. Pues, el hombre que posee un corazón fraterno, éste, siempre le estará exigiendo que  mire la vida auténtica, hacia esa existencia que tiene un sólo propósito.

Todos los seres humanos tenemos que saber que, si ciertamente tenemos un cuerpo material, también, “EL SOPLO DIVINO que llevamos dentro y que hace que el cuerpo tenga vida”, nos sigue susurrando al oído, que la vida que tenemos nos fue dada para ser felices, y que debemos desterrar ese montón de exigencias transitorias con las que los diversos avances tecnológicos hasta hoy, nos siguen contagiando de deseos y miedos.

También, esos mecanismos de defensa utilizados por quienes tienen el dinero y el poder, (llámese bombardeo publicitario en los medios de comunicación), “SIGUEN ASFIXIANDO NUESTRA  FELICIDAD Y  LA PROPIA EXISTENCIA”.

En esta época, las personas que nos empapamos de cuanta exigencia se nos ocurre, o cuando incitados por los medios de comunicación creemos  tener necesidad de esa gama de trampas que día a día nos ofertan,  en esa misma medida nos atiborramos de problemas económicos y morales, dentro y fuera del hogar. Y, en estas condiciones, ¿QUIÉN PUEDE CREER QUE ALGUIEN LOGRE  TENER UN CORAZÓN NOBLE, AMISTOSO Y HONRADO? 

Evidentemente que en estas circunstancias, no podemos amar, y menos encontrar la felicidad auténtica. Esto, porque, simplemente al abrirnos camino para entrar en esa carrera insaciable de alcanzar los bienes materiales que nos proponemos, y en los que fincamos nuestra felicidad, aunque fugaz, “LO ÚNICO QUE PUEDE SER FACTIBLE ES QUE, ANDEMOS LIMOSNEANDO TODO TIPO DE UTILIDADES CHATARRA, DE LAS QUE PRESUNTUOSAMENTE NOS ORGULLECEMOS TENER Y, SEGÚN NOSOTROS NOS FACILITAN REALICEMOS NUESTROS GRANDES AUNQUE  FALACES SUEÑOS” Y NOS SIGAN DESTRUYENDO COMO COMUNIDAD,

En estas circunstancias, primeramente, hay que decir que: “NI SIQUIERA NOS AMAMOS A NOSOTROS MISMOS”, porque, el amor que decimos sentir hacia los demás, “ES EGOÍSMO PURO, SÓLO AMAMOS NUESTRO EGO”. Es decir, “AMAMOS NUESTROS PROPIOS INTERESES Y COMPLACENCIAS”.

No debemos olvidar que  EL AMOR AUTÉNTICO ES LA INSPIRACIÓN DE TODO SACRIFICIO. EL AMOR VERDADERO NO SE IDENTIFICA CON LA APETENCIA DE TENER Y DE POSEER. 

Esta idea de vida más bien proyecta de forma clara al egoísmo. “AMAR ES EL OFRECER DE UNO MISMO A LOS DEMÁS, PERO DE LO QUE SE ES”.

Ahora bien, SI EL AMOR ES MAGNÁNIMO; es decir, PURA GRATITUD, cuántas veces, yo, tú y los demás, deformando de modo deliberado el orden de las palabras decimos a alguien: “¡¡Te amo, porque te necesito!! En vez de afirmar: “¡¡Te necesito porque te amo!!” 

Lo que tratamos de decir, como se anota en la primera frase, es que, “no amamos a aquella(s) persona(s), sino que, la necesitamos solamente para utilizarla(s) como un objeto de nuestra propiedad, “las cosificamos” para que cumplan nuestros absurdos deseos, por más miserables que estos sean”.

Así pues, si muchos de nosotros condicionamos nuestra vida y felicidad a las exigencias del tener y poseer todo lo que satisfaga nuestros intereses particulares, lógicamente que haremos lo mismo con los demás, LES CONDICIONAREMOS NUESTRO “SUPUESTO AMOR”, transformando intencionadamente eso que llamamos AMOR=CARIDAD  EN UNA MEZQUINDAD ENCUBIERTA de FIEL HUMANITARISMO. 

Este tipo de actitudes que son muy ordinarias en el ser humano, muchos las adoptamos sólo para complacer nuestro EGO, y también para prevenir correcciones molestas e incómodas. Esto es, evitar sentimientos de culpabilidad, o  también, por temor a ser rechazados por los demás si descubriesen que “CON UNA SOMBRA DE BONDAD” estamos PROSTITUYENDO nuestros compromisos externados a través de la palabra. ¡ASÍ ES COMO OFRECEMOS Y DESVIRTUAMOS EL REAL SIGNIFICADO DE LA PALABRA AMOR!

Este modelo de CARIDAD, SIN DUDA, ES EL DISTINTIVO CON EL QUE EL MUNDO  CONCIBE EL AMOR.  ES UNA CARACTERÍSTICA CON LA QUE MUCHOS NOS ENGRANDECEMOS.

¡Claro que sí!, NOS DELEITAMOS CON ESA  ESTÚPIDA ARROGANCIA DE PENSAR SÓLO EN NOSOTROS MISMOS. Es decir, “AQUÍ Y AHORA PRIMERO YO, DESPUÉS YO, Y SIEMPRE YO”.

Pero, ese YO ¿quién es?, ¿acaso es que sólo concebimos al hombre como una envoltura humana? ¿Es solamente un cuerpo material que al morir ahí termina todo?  ¡¡ERROR GARRAFAL!!; Los animales como los hombres fenecemos ordinariamente por el enmohecimiento lento y la inflamación del organismo. Pues, cuando la oxidación de la exigencia transformadora del organismo se sobrepone al orden del proceso de la vida, la manifestación del fallecimiento ocurre en lo terreno, más NO en LO ESPIRITUAL.

LA IDENTIDAD DEL SER HUMANO pues, NO SE ENCUENTRA EN LAS FIGURAS QUE CAMBIAN. Por ello es que no debemos apegarnos a estas. No debemos engalanarnos, ni llegar a idolatrarlas, así como tampoco otorgarles el mérito o importancia que no tienen.

A estas cosas cambiantes, se les deben tomar como lo que son.  Pues, cuando les damos su respectivo lugar, estas, pierden la admirable importancia que muchas veces les damos, y consecuentemente retrocederán. Entonces entenderemos que son un medio para vivir; ya no estorbarán al darles su uso adecuado y necesario. La arrogancia y vanidad dejarán de perturbarnos.

LAS PERSONAS MÍSTICAS, las que realmente aman su religión, son las que se han desnudado confiadamente a la realidad, sin inquietarse por las consecuencias, pues están ciertos que sólo en la CONFIANZA habita LA VERDAD.

JESÚS, EN SU DOCTRINA TRANSFORMADORA, que solamente puede ser expresada en paradojas (contradicciones según el mundo), nos enseña en su palabra que: “TODO LO QUE LA HUMANIDAD EN SU MÁS ALTA VISIÓN TENÍA POR QUERIDO, EL LO ANIQUILÓ; LAS COSAS QUE LA HUMANIDAD BUSCABA, EL LAS CONDENÓ; LO QUE HABÍA SIDO PUESTO COMO PRIMERO, EL LO PUSO AL FINAL; LO QUE ES LLAMADO MUERTE, EL LO LLAMÓ VIDA.

¿Cómo expresar este vuelco total de la naturaleza humana, sino es en una paradoja en la cual, LO QUE ES VERDADERO PARA EL TIEMPO, ES FALSO PARA LA ETERNIDAD, y LO QUE ES BUENO PARA EL CUERPO, ES MALO PARA EL ALMA, y LO QUE ES SABIDURÍA PARA EL MUNDO ES DEBILIDAD ANTE DIOS?

ESTAS CONTRADICCIONES ESTABLECEN EL ÚNICO LENGUAJE EN QUE DIOS CONSIGUE HABLAR AL HOMBRE. Es decir, EL SIN PECADO AL PECADOR, Y EL ETERNO A LO TEMPORAL.

Sin embargo, el diálogo entre seres humanos, evidentemente que es sin paradojas; más CUANDO DIOS VIENE A ESTE MUNDO PARA ELIMINAR NUESTRA DESVALORIZADA MORALIDAD PROGRESISTA, A ESTABLECER NUEVOS VALORES, A RESTAURAR LOS CORAZONES HACIÉNDOLES VER CUÁN NECIOS SON LOS CAMINOS DEL HOMBRE PARA ÉL, es de aquí que, ÉL HABLA EN LOS DOS NIVELES DE TIEMPO Y ETERNIDAD QUE ES LA EXPRESIÓN CONTUNDENTE DE LA PARADOJA.

Y es que hoy, las mentalidades modernas, nos siguen seduciendo con la idea perversa de que, los seres humanos debemos estar MÁS BIEN AL DÍA, MÁS NO EN LO CIERTO, y MÁS BIEN EQUIVOCADOS QUE ATRASADOS EN EL TIEMPO. Es decir, que siempre debemos estar atentos a lo actual, a lo que la época modernista nos oferta día a día, aunque con nuestro proceder olvidemos que “TENEMOS UN ALMA QUE SALVAR”.

Por ello, NUESTRO SEÑOR, NOS DIJO QUE ABANDONÁRAMOS EL  CAMINO DEL EGOÍSMO, DEL ODIO Y LA VENGANZA. Y  que RETOMÁSEMOS EL NUEVO, que RENUNCIÁRAMOS A TODO LO QUE PARECÍA BUENO, RECOGIÉRAMOS LO QUE HABÍAMOS TIRADO, aprendiéramos lo que parecía tonto, NUESTROS VALORES HUMANOS y CRISTIANOS–. QUE NO CRUCIFICÁRAMOS A NUESTROS ENEMIGOS sino más bien QUE SACRIFICÁRAMOS NUESTROS APETITOS INFERIORES, PERVERSOS Y DESORDENADOS, PURIFICÁRAMOS NUESTRAS ALMAS, Y CONTESTÁRAMOS CON EL FUERTE “NO” DE CRISTO AL INCENSATO “SÍ” DEL MUNDO.

JESÚS NUNCA SE ADAPTÓ A TIEMPOS PASADOS, NI AL TIEMPO PRESENTE, NI AL TIEMPO FUTURO. El nos sigue diciendo por medio de su Palabra, que, “LAS TRIVIALIDADES (POQUEDADES=MISERIAS), PERTENECEN SÓLO A AQUÉLLOS QUE DICEN QUE DEBEMOS TENER MORAL NUEVA PARA ADAPTARNOS A UNA CIENCIA NUEVA. QUE LO INSUSTANCIAL ES LA HERENCIA DEL TIEMPO, PERO NO DE LO ETERNO.

La unidad y paz en el mundo nunca se podrá conseguir a través de esa línea ascendente de progreso, ni tampoco, con las brillantes visiones reformistas sobre las economías de los países que sólo interesan a “los que ostentan el poder público”, y que, de raíz sólo generan depravadas corruptelas que violan y lesionan los derechos inalienables de los más indefensos.

¡¡ESA PAZ Y UNIDAD DESEADAS, SOLAMENTE, HABRÁN DE VENIR A TRAVÉS DE LA RESURRECCIÓN DE UNA TUMBA, NO DE MILES, SINO DE MILLONES DE EGOÍSMOS CRUCIFICADOS!!

TÚ, YO, Y LOS DEMÁS, ¿CUANDO ESTAREMOS DISPUESTOS A CRUCIFICAR ESE EGOÍSMO TAN ARRAIGADO QUE NOS SIGUE CARCOMIENDO EL ALMA?

Recordemos pues que: ¡¡LA PACIENCIA DE DIOS NO TIENE LÍMITES, PERO NUESTRA VIDA EN ESTE MUNDO SÍ QUE LA TIENE!!

              ……..Hasta la próxima, si Dios, nos lo permite…….  

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