Palomas Mensajeras, un parteaguas en la vida de María
Después de que ella y su esposo se reencontraran con su hija en Estados Unidos, tras 20 años sin verla, él murió tranquilo y con la satisfacción de conocer a sus nietos y bisnietos Morelia, Michoacán, a 8 de diciembre de 2020.- Para María Cruz Acevedo, de 71 años de edad, el programa sello del Gobierno de Michoacán, Palomas Mensajeras, marcó un parteaguas en su vida. Después de que ella y su esposo se reencontraran con su hija en Estados Unidos, tras 20 años sin verla, él murió tranquilo y con la satisfacción de conocer a sus nietos y bisnietos. “Yo estoy triste porque él ya no está conmigo, pero a la vez contenta porque alcanzó a ir a ver a nuestra hija, nietos y bisnietos, se la pasó muy feliz con ellos y como a él le gustaban los niños pues se ponían a jugar con él y como los pies no le servían mucho, le aventaban la pelota o jugaban con los carritos, parecía niño disfrutando todo ese amor”, señala María mientras sus ojos se llenan de lágrimas y su rostro se ilumina con una sonrisa. Después de regresar del vecino país del norte, donde disfrutaron de todo el amor que sus seres queridos les guardaron por años, don José Escamilla falleció, sin poder cumplir la promesa de regresar a pasar el fin de año con ellos, ahora doña María se prepara para viajar de nuevo y cumplir el anhelo de su esposo. “El día jueves 12 de noviembre él falleció, apenas habíamos llegado de Estados Unidos, teníamos dos semanas, de hecho ellos no querían que nos viniéramos, nosotros tampoco queríamos venirnos. Él les preguntó ‘¿estuvieron a gusto conmigo?’ y le dijeron que sí, entonces dijo ‘para fin de año vamos a volver a venir, no les digo que antes, pero a fin de año por acá nos volveremos a ver’ y ahora yo me iré sola a estar con ellos unos meses”. María, su esposo José y cuatro personas adultas mayores más, provenientes de la tenencia de Santa María, en el municipio de Morelia, fueron de los últimos integrantes del programa de reunificación familiar que viajaron a reencontrarse con sus seres queridos en Estados Unidos, después de que su vuelo se pospusiera en dos ocasiones por la pandemia. Con una carcajada ella recuerda cómo tardó una semana en reconocer que quien la recibió entre abrazos era su hija, la misma que despidió 20 años atrás. ”Araceli me alcanzó a ver, pero solamente me tocó el hombro, yo me fui derecho, ella ya se arrimó y me dijo ‘yo soy Araceli’; le dije ‘tantos años de no vernos’, ‘yo no te conocí’, me dijo, pero yo sí la conocí y ya cuando estábamos en su casa yo la veía y decía ‘esta no es mi hija porque cuando se vino de allá estaba gordita y ahora estaba muy delgada’ y ya después de tanto cariño y platicar cosas del pasado me convencí, ella se reía mucho de mi, porque yo la quería ver igual, pero ya habían pasado 20 años”. El Gobierno de Michoacán trabaja para que, con apego a las medidas sanitarias establecidas para evitar la propagación COVID-19, toda persona que cumpla con los lineamientos del programa Palomas Mensajeras pueda reencontrarse con sus seres queridos en Estados Unidos. |