EN LA ESPIRAL
Vicente González García
LAS SOLUCIONES BARATAS A LOS PROBLEMAS QUE ENFRENTA MÉXICO TRADUCIDOS A LA REAL POLITICA SON “PURA DEMAGOGIA O DEMAGOGIA PURA”
La palabra política, en su amplio valor, “Es el arte de gobernar y proporcionar leyes”. Es decir, quienes tienen la responsabilidad de gobernar una nación o estado, representa un compromiso, y este compromiso es una expresión, una palabra apta y virtuosa acompañada con el entusiasmo de servicio hacia los demás.
El servicio hacia los demás, es inexcusable, y ello debe conducir a los servidores públicos a buscar en todo tipo de acción emprendida, “EL BIEN COMÚN”.
Y, la búsqueda del BIEN COMÚN, en el entendido de que este comporta LA SOLIDARIDAD, como lo cita en una de sus Encíclicas el San Juan Pablo II, LA SOLIDARIDAD debe ser UNIVERSAL, pues de no entenderse así, este principio NO EXISTE. Y, reitera: “LA DETERMINACIÓN FIRME Y PERSEVERANTE DE EMPEÑARSE POR EL BIEN COMÚN; ES DECIR, POR EL BIEN DE TODOS Y CADA UNO, PARA QUE TODOS SEAMOS VERDADERAMENTE RESPONSABLES DE TODOS”.
También, en este mismo contexto, el Cardenal Etchegaray, en la Conferencia del Episcopado Latinoamericano verificada en Santo Domingo, puntualiza que: “LA SOLIDARIDAD ES LA EXPRESIÓN DE FRATERNIDAD ENTRE LOS HOMBRES, QUE FUNDAMENTA LA PATERNIDAD DE DIOS. SÓLO ESTA VISIÓN UNITIVA —SIN JUEGOS DE PALABRAS—SÓLIDA LA SOLIDARIDAD”.
Po ello es que la búsqueda y aplicación del BIEN COMÚN, debe darse con la inagotable naturaleza del espíritu de servicio; no debe tener otro propósito sino el de privilegiar el PROGRESO Y PERFECCIÓN DE LA JUSTICIA con miramiento especial a las causas de la pobreza y sufrimiento. Igualmente, debe observar el respeto de la libertad de las verdades en el campo de acción de las personas.
AHORA, PREGUNTÉMONOS: ¿cuántos servidores públicos, de los tres órdenes de gobierno, siguen sumergidos en la necedad de no reconocer estas verdades, y solamente se siguen ocupando de ellos mismos, encumbrándose y alegando ser ellos y solamente ellos “verdaderas lumbreras” en materia de conocimiento acerca de las necesidades de toda una nación, aunque en su obstinada y ciega ineptitud, ni siquiera son capaces de precisar, advertir, y mucho menos discernir cuáles, cuántas, y el por qué de las cosas esenciales de una nación?
EN MÉXICO, como en otros muchos países, al parecer NUNCA NOS HEMOS PERCATADO QUE “EL PASADO SIEMPRE DEBE SERVIR PARA LANZARNOS A HACER LAS COSAS MEJORES”.
Esto, evidentemente, cada uno en su respectiva comunidad lo podrá constatar a partir del diario vivir. “HOY pues, ESTAMOS PEOR QUE EN AÑOS ANTERIORES”, y, sin embargo, aunque parezca contradictorio, “HOY, ESTAMOS MEJOR QUE EN LOS AÑOS POR VENIR”.
Pero, mejor retomemos el tema que nos ocupa sobre el concepto de la palabra, POLÍTICA, que, como ya lo anotamos, “quienes gobiernan a una nación estos deben buscar en todo momento que se privilegien el progreso y perfección de la justicia en todos los ámbitos de la vida de sus gobernados”.
Lo más deseable en un país democrático, es que todas las personas que ocupan algún encargo público, deben contar realmente en su haber con una preparación académica y política “probadas”.
Más aún, es imprescindible que dicha formación esté sustentada en los “VALORES MORALES”, de tal suerte que otorguen a quienes depositaron su confianza en ellos UNA MAYOR GARANTÍA y CERTIDUMBRE de haber elegido a “auténticos servidores públicos”, que muestren en el cumplimiento de su deber acciones que siempre vayan encaminadas hacia la consecución y aplicación del BIEN COMÚN.
LAS LEGISLATURAS, que por años y años siempre obedecieron a los dictámenes del Presidente más nunca sirvieron ni atendieron las necesidades del pueblo, siempre utilizaron la palabra “Democracia” (que implica justicia y libertad), como una pantalla detrás de la cual se maquinaron desplantes tan soberbios para “como auténticos buitres caer sobre la humanidad de los más débiles acrecentando aún más sus carencias y necesidades”.
quienes conforman las Legislaturas Locales y Federal como representantes y servidores del pueblo, deben tener siempre presente que, “¡¡sobre sus espaldas, pero más aún, en su conciencia!!” llevan la ineludible responsabilidad, como lo enmarca en uno de sus apartados el documento Eclesiástico emitido por la Conferencia del Episcopado Mexicano el 25 de Marzo del año 200: “(….) que toda “transición” del país no se limita a los aspectos meramente electorales, sino a la reformulación de todo sistema político que requiere de un discernimiento activo que delimite con precisión cuáles cosas deben mantenerse y por cuanto tiempo, y cuáles deben modificarse”.
“A este respecto –agrega el Episcopado en este mismo documento– para llevar a buen término una transición, es necesario y urgente actualizar la Constitución de la República a partir de una reconsideración de la dignidad de la persona, de sus derechos y obligaciones, de la historia de nuestra Nación y del nuevo escenario nacional e internacional que permita a nuestro pueblo tener una norma fundamental más acorde a nuestra realidad humana, cultural e institucional”.
Quienes ofrezcan soluciones fáciles, evidentemente sólo estarán ofertando “SOLUCIONES BARATAS” que si se traduce al lenguaje de LA REAL POLÍTICA, quedará al desnudo que dichas ofertas “SON PURA DEMAGOGIA, O DEMAGOGIA PURA”.
Legislar pues, no es del todo fácil. Por ello es que, “ESTE CAMPO NO ES PARA IMPROVISADOS” sino para “PERSONAS QUE EN LO PARTICULAR CUENTAN CON LA PREPARACIÓN ÉTICA Y MORAL PARA EL EJERCICIO DEL PODER”, PODER QUE EMANA DEL PUEBLO Y AL QUE TIENEN LA INELUDIBLE MISIÓN DE SERVIR.
“En realidad los principios de la moral no don ni fantasías ni ídolos, sino reglas supremas de una actividad concreta dirigida a una obra que ha de realizarse en circunstancias determinadas mediante reglas más inmediatas y, en definitiva, mediante las reglas de la virtud de la prudencia nunca trazadas de antemano, que aplican los preceptos éticos a los casos particulares en el medio ambiente de una voluntad concretamente recta. No pretenden devorar la vida humana; existen para construirla”. (Humanismo Integral Jaques Maritain)
LA POLÍTICA pues, en particular, TIENDE AL BIEN COMÚN DEL CUERPO SOCIAL: ¡¡ÉSTA ES SU MEDIDA!!
Y, ese BIEN COMÚN es, como ya lo anotábamos, ES UN BIEN PRINCIPALMENTE MORAL; Y POR ELLO “ES INCOMPATIBLE CON TODO MEDIO INTERIORMENTE MALO”.
…….Hasta la próxima, si Dios, nos lo permite…….