VIH, sin atención real en Michoacán; más de 8 mil portadores, con panorama desalentador
Solo en la capital michoacana se tienen detectadas 40 personas que han tomado retrovirales por más de 20 años y que su salud se ha deteriorado en enfermedades renales que no son atendidas en el sector salud.
Morelia, Michoacán. Comorbilidades, efectos secundarios de los tratamientos y otras afectaciones derivadas del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) no son atendidos en el estado de Michoacán. A pesar de los discursos, la atención a la enfermedad se ha quedado en la repartición de condones y programas conferencias temporales a finales de cada año, coincidiendo con las fechas alusivas como el Día Mundial de la Lucha Contra el Sida.
Aunado al desabasto de medicamentos que prevalecen en instituciones médicas federales como Instituto Mexicano del seguro Social (IMSS) y el ISSSTE, colectivos advirtieron las condiciones de salud a los que se enfrentan los portadores del virus a pesar de los avances tecnológicos en la contención de la pandemia más antigua de la historia moderna, cuyo primer caso se detectó en Michoacán en 1985.
Solo en la capital michoacana, se tiene detectados 40 personas que han tomado retrovirales por más de 20 años y que su salud se ha deteriorado en enfermedades renales que no son atendidas en el sector salud.
Los afectados tienen que decidir entre dejar de tomar los retrovirales o preservar la salud de los órganos internos ante la falta de información, opciones y, sobre todo, la atención del personal médico de los tres niveles de gobierno.
En voz de Raúl Martínez Rojas, representante del colectivo Michoacán es Diversidad, el panorama es desalentador para los más de 8 mil personas que viven con VIH y Sida en nuestra entidad.
Sumado a que no se tienen cifras exactas de cuántas personas han fallecido por la enfermedad del coronavirus (COVID-19) y complicaciones derivadas de su propio padecimiento, otras comorbilidades tampoco son atendidas en el sector salud o en el peor de los casos únicamente se les indica que se tomen el retroviral sin una exploración y diagnóstico certero, lo que complica a mediano plazo los casos de VIH.
Desde la diabetes, hipertensión arterial, enfermedades crónico degenerativas y otros padecimientos son desestimadas por los médicos que les atienden ante el diagnóstico de VIH. Lo anterior a pesar del riesgo que corren como ciudadanos por no tener un control.
“Cada diciembre el tema es VIH, pero el resto del año no se habla”, fustigó el activista. “Los primeros casos, hablamos de personas que tienen 25 casi 30 años con el virus en Michoacán, hoy no les estamos atendiendo por el consumo de medicamento durante tanto tiempo. Seguramente hay un daño renal que puede desencadenar insuficiencia y que no los estamos atendiendo por tanta toma de medicamentos, hace 10 años aún se tomaban 12 pastillas y hoy es solo uno, pero aún no se desintoxican; deben tener una atención integral”, explicó Raúl Martínez.
Destacó que con la llegada de la pandemia de COVID-19 incluso los diagnósticos son cada vez más impersonales. Los análisis de cada 6 meses y revisiones se han reducido a conferencias testimoniales en donde los médicos únicamente terminan por ratificar la misma receta y tratamiento de siempre, criticó.