MENSAJE DOMINICAL
6° Domingo Pascua
? El Evangelio de hoy
Juan 14, 23-29
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada. El que no me ama no cumplirá mis palabras. La palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió. Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Consolador, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho. La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir Me voy, pero volveré a su lado. Si me amaran, se alegrarían de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, crean».
Reflexión
Las despedidas son, por lo general, tristes y dolorosas. A todos nos hacen sufrir porque sentimos una honda y extraña división interior. Una parte de nuestro ser se queda allí, en esa tierra de la que partimos, con nuestros amigos y seres queridos; y la otra se viene con nosotros, pero con el corazón lleno de recuerdos, de las alegrías y bellos momentos que compartimos juntos, de nostalgias.. y tal vez también de dolor y de lágrimas. En este Evangelio, también se nos habla de una despedida; nuestro Señor se va, nos asegura que «nos conviene que Él se vaya», porque sólo así podrá venir el Paráclito, el Consolador. Cristo se irá. Sí. Pero se quedará para siempre con nosotros. No sólo en la Iglesia y en la Eucaristía. ¡También dentro de nosotros! Así nos lo prometió Él mismo: «El que me ama, guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos en él nuestra morada». ¡Qué palabras tan profundamente consoladoras! ¿Existe en alguna parte del universo un amor más grande y más intenso que éste de Dios, que viene incluso a morar dentro de nuestro mismo ser? Tenemos a Dios dentro de nosotros. Entonces, todo está arreglado: ¡adiós soledad, adiós tristeza, adiós lágrimas! ¡Lo tenemos todo! Él está con nosotros, Él nos consuela, Él nos acompaña, Él nos sanará.
Oración
Señor Jesús, creo en tu Palabra, envía a tu Espíritu Consolador a guiar mi oración. Necesito de tu gracia para salir de mi mediocridad, mi cobardía y mi egoísmo, que endurecen mi corazón y me hacen perder la paz. Amén.
Acción
Hoy aprenderé a obedecer la Palabra, de Dios, pues en ella encontraremos nuestra paz y la felicidad perfecta.
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