Políticas públicas para viviendas humanizadas deben ser una prioridad: Mónica Valdez
-La legisladora ha venido instrumentando en el Distrito de Zacapu el programa Vivienda Digna para apoyar a las y los michoacanos a mejorar las condiciones del lugar que habitan y en el que se desarrollan
En Michoacán se hace necesario la instrumentación de políticas públicas que permitan un impulso a viviendas y ciudades humanizadas, en donde nuestras casas sean hogares y no solamente dormitorios, apuntó la diputada Mónica Valdez Pulido, integrante del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática en la LXXV Legislatura del Congreso del Estado.
La legisladora ha venido instrumentando en el Distrito de Zacapu, el programa Vivienda Digna para apoyar a las y los michoacanos a mejorar las condiciones del lugar que habitan y en el que se desarrollan.
“Es clara la necesidad que se tiene en nuestro estado de transformar nuestra manera de concebir el espacio en que habitamos, de manera que éste no sólo sea armónico para nuestro desarrollo sino también con su entorno”.
Mónica Valdez subrayó que refirió que el derecho a una vivienda digna está consagrado en las leyes mexicanas, por lo que resulta un acto de justicia contribuir desde cada trinchera, para hacer que esto sea posible, y que las familias con bajos recursos no ven peligrar su patrimonio por falta de condiciones para adquirir material que le resulte apremiante.
“Contar con una vivienda digna es un derecho previsto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, así como en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, lo que implica no sólo que el lugar que se habita tenga cuente con los servicios necesarios, sino que contribuya al pleno desarrollo de las capacidades de quienes ahí habitan”.
Asimismo recalcó que humanizar los espacios en que habitamos tiene que ver con el poder acceder a un hogar y a una comunidad seguras en las que vivir en paz, con dignidad y salud física y mental.
“En nuestro país existen 34 millones de mexicanos que viven en condiciones de hacinamiento, pues sus viviendas registran rezago habitacional ya que fueron construidas con desechos, láminas de cartón o asbesto, palmas y diversos elementos de baja calidad, lo que resulta inaceptable”.