Las Dimensiones de la Preponderancia en Telecomunicaciones 

Ernesto Piedras 
Toca nuevamente al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) revisar el marco regulatorio de medidas de preponderancia aplicables al agente económico preponderante de telecomunicaciones (AEP-T), América Móvil, Telmex-Telnor/Telcel a casi 9 años de su entrada en vigor.

Durante esta casi década, es manifiesta una persistente y excesiva concentración de mercado a favor del AEP-T. En otras palabras, la aplicación y supervisión de la regulación asimétrica ha sido insuficiente para balancear las condiciones de mercado entre los operadores.

Métricas de Preponderancia a 9 Años. En su medición más reciente, la participación de mercado del AEP-T asciende a 57.5% del total de usuarios de servicios de telecomunicaciones (telefonía e internet fijo y móvil y TV de paga), aún en el umbral de preponderancia, de acuerdo con las últimas estadísticas publicadas por el IFT al mes de diciembre de 2021. Esta proporción resulta ser 8.6 puntos porcentuales inferior a la registrada en marzo de 2014, cuando fue declarado AEP-T, es decir apenas una reducción de menos de un punto porcentual por año desde la entrada en vigor de estos mecanismos compensatorios.

No obstante, cifras recopiladas por The Competitive Intelligence Unit (The CIU) con base en los reportes financieros de los operadores, revelan que en el segmento móvil, el peso de mercado del AEP-T es superior al registrado en la totalidad del sector, al registrar una participación de 59.6%, medida por la totalidad de líneas al tercer trimestre de 2022 (3T-2022). Este nivel incluso ha incrementado en algunos periodos, en lugar de reducirse, y evidencia la ineficacia del marco regulatorio para nivelar el terreno competitivo entre operadores.

Otras Dimensiones de la Preponderancia. Si bien de acuerdo con la Reforma Constitucional en Materia de Telecomunicaciones de junio de 2013, uno de los indicadores para medir la preponderancia es el número de usuarios o suscriptores, es momento de que el regulador considere en su análisis otras dimensiones de la huella y capacidad de mercado que tiene el AEP-T. Por ejemplo, su nivel de ingresos, márgenes de ganancia y su ponderación al interior de subsegmentos de mercado (prepago y pospago).

En lo que toca a su nivel de ingresos, América Móvil genera 5.5 de cada 10 pesos que obtienen la totalidad de los operadores por proveer servicios de telecomunicaciones en México. Este marcado desbalance habilita ventajas competitivas para el operador en torno a la capacidad económica para invertir, mejorar sus redes, obtener los derechos de una mayor cantidad de espectro radioeléctrico e incluso para alcanzar mayores ganancias que el resto de sus competidores.

Al respecto, tras la primera revisión de preponderancia en marzo de 2017, el AEP-T traza una trayectoria creciente de su EBITDA (ganancias antes de gastos financieros) que llega a $31,250 millones de pesos (mdp) al 3T-2022. Este monto es casi 5 veces superior al alcanzado por el segundo operador en términos de esta métrica.

Otra dimensión de este desproporcionado peso de mercado, se encuentra al interior del mercado móvil en el que Telcel registra un ARPU (ingresos promedio por usuario) de $168 pesos al mes, el más alto entre los jugadores competidores. Ello a partir de contabilizar una razón creciente de 62.1% del total de las líneas de mayor valor y consumo de servicios móviles (pospago). Precisamente, estas circunstancias le habilitan registrar una ponderación de 70% de los ingresos del mercado, participación que escasamente se ha reducido 3.8 puntos porcentuales en todo el periodo de vigencia de la preponderancia.

A partir de todo ello y de cara a la tercera revisión de la regulación asimétrica aplicable al AEP-T es menester que el IFT aplique mecanismos aceleradores de la eficacia de las medidas para reducir significativamente su peso en el mercado y opte por aplicar adicionales que efectivamente cumplan con su cometido. Asimismo, tome en consideración todas las dimensiones de la preponderancia aquí vertidas, puesto que evidencian el gran peso y capacidad que continúa ostentando el AEP-T en el mercado mexicano.

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