Cerro del Águila, esencial para la vida de los morelianos: Secma
- Por su abundante riqueza natural y los servicios ecosistémicos que brinda.
- De ahí la importancia de decretarlo como Área Natural Protegida.
Morelia, Michoacán, 29 de marzo de 2023.- El Cerro del Águila tiene una abundante riqueza natural. Es valioso por los servicios ecosistémicos que brinda, como la producción de alimentos, agua limpia, regulación del clima, apoyo en la polinización de los cultivos y la formación de suelos, además de beneficios recreativos y culturales, de ahí la determinación del Gobierno de Michoacán de decretarlo cono Área Natural Protegida (ANP).
“El Cerro del Águila juega un papel vital en la conservación de especies, pero, sobre todo, en la vida diaria de miles de personas que, sin reparar en ello, dependemos de la conservación de esta montaña”, expresó el titular de la Secretaría de Medio Ambiente (Secma), Alejandro Méndez López.
De acuerdo al Estudio Técnico Justificativo para esta declaratoria, el Cerro del Águila tiene una alta capacidad para prevenir la erosión; mediante datos morfológicos y prácticas de suelo, clima y vegetación, se ha demostrado que existe una retención de la superficie de cuatro toneladas por hectárea por año, y algunas áreas llegan de seis a 56 toneladas.
Tiene una alta capacidad de infiltración hídrica del suelo, especialmente en la cima y las laderas que la rodean; por lo tanto, es sumamente relevante para la provisión de servicios hidrológicos, lo que se ve reflejado en el manantial de La Mintzita, el cual abastece aproximadamente al 32 por ciento de la población de Morelia.
El Cerro del Águila ofrece además servicios como almacenamiento de carbono mediante diferentes reservorios (biomasa aérea y subterránea, carbono orgánico en el suelo y carbono en materia muerta).
El secretario de Medio Ambiente refirió además que esta reserva ecológica es de gran importancia para la investigación científica, donde se podrán realizar actividades relacionadas con la educación e interpretación ambiental, ecoturismo y actividades deportivas de bajo impacto, como la caminata y el excursionismo, siempre que no impliquen modificaciones a las características o condiciones del ecosistema.