EN LA ESPIRAL

Vicente González García

LA POLÍTICA REAL TIENDE AL BIEN COMÚN ¡ESTA ES SU MEDIDA!

Como ya lo hemos mencionado en diversas ocasiones en este mismo espacio, la palabra “POLÍTICA”, en su amplio valor, “ES EL ARTE DE GOBERNAR Y PROPORCIONAR LEYES JUSTAS”. Es decir, para quienes tienen la responsabilidad de gobernar una nación o estado, esto representa un compromiso, y este compromiso es una expresión, una palabra apta y virtuosa acompañada con el entusiasmo de servicio hacia los demás.

El servicio hacia los demás sobre todo en el ámbito político, es inexcusable, por lo que debe conducir a los servidores públicos a buscar en todo proyecto y acción emprendida, la procuración del “BIEN COMÚN”.

Y, la búsqueda del BIEN COMÚN, en el entendido de que este comporta LA SOLIDARIDAD, el Papa SAN JUAN PABLO II, en una de sus Encíclicas precisa que “LA SOLIDARIDAD debe ser UNIVERSAL, pues de no entenderse así, este principio NO EXISTE”. Y, reitera el Pontífice de feliz memoria: “LA DETERMINACIÓN FIRME Y PERSEVERANTE DE EMPEÑARSE POR EL BIEN COMÚN; ES DECIR, POR EL BIEN DE TODOS Y CADA UNO, ES PARA QUE TODOS SEAMOS VERDADERAMENTE RESPONSABLES DE TODOS”.

También, en este mismo contexto, el CARDENAL ETCHEGARAY, en la Conferencia del Episcopado Latinoamericano verificado en Santo Domingo, puntualiza que: “LA SOLIDARIDAD ES LA EXPRESIÓN DE FRATERNIDAD ENTRE LOS HOMBRES, QUE FUNDAMENTA LA PATERNIDAD DE DIOS. SÓLO ESTA VISIÓN UNITIVA —SIN JUEGOS DE PALABRAS— ES SÓLIDA LA SOLIDARIDAD”.

En este mismo sentido subraya que, la búsqueda y aplicación del BIEN COMÚN, debe darse con la inagotable naturaleza del espíritu de servicio; no debe tener otro propósito sino el de privilegiar el PROGRESO Y PERFECCIÓN DE LA JUSTICIA con miramiento especial a las causas de la pobreza y sufrimiento. Igualmente, debe observar el respeto de la libertad de las verdades en el campo de acción de las personas.

AHORA, PREGUNTÉMONOS: ¿cuántos servidores públicos, de los diferentes órdenes de gobierno, siguen postrados ante la necedad de no reconocer estas verdades, y solamente se siguen ocupando de ellos mismos, exaltándose y alegando ser ellos y solamente ellos las únicas y “verdaderas lumbreras” en materia de conocimiento acerca de las necesidades de toda una nación; aunque en su obstinada y ciega ineptitud, ni siquiera son capaces de precisar, advertir, y mucho menos discernir cuáles y cuántas son las cosas esenciales de una nación, y el por qué de estas?

LA COMUNIDAD MEXICANA, al parecer, NUNCA NOS HEMOS PERCATADO QUE “EL PASADO SIEMPRE DEBE SERVIR PARA LANZARNOS A HACER LAS COSAS MEJORES”.

Esto, evidentemente, cada uno en su respectiva comunidad lo podrá constatar, a partir del diario vivir, porque “HOY dígase lo que se diga, ESTAMOS PEOR QUE EN AÑOS ANTERIORES”, y, sin embargo, aunque parezca contradictorio, “HOY, ESTAMOS MEJOR QUE EN LOS AÑOS POR VENIR”, pero al parecer, pocos son los que razonamos sobre lo vivido bajo los sistemas de gobiernos absolutistas que ha tenido el país.

A otros, que son muchos fácilmente, se les olvida y más cuando los aspirantes a ocupar algún puesto de elección popular, “después emitir sus discursos necios y demagógicos”, les regalan sus despensas, etc., etc.

Pero, en fin, mejor retomemos el tema que nos ocupa sobre el concepto de la palabra, POLÍTICA. Pues, como ya lo anotamos, “LA POLÍTICA” “es el arte de gobernar y emitir leyes que deben ser elaboradas con el propósito de facilitar el desempeño de las respectivas labores de quienes gobiernan, y estos a su vez, privilegien el progreso y perfección de la justicia en todos los ámbitos de la vida de sus gobernados.

Lo  deseable, es que todas las personas que ocupan o busquen ocupar algún encargo público cuenten verdaderamente con la suficiente educación y formación en valores humanos, así como en materia política “probada”, para que den el justo rendimiento en el puesto que ocupan.

Más aún, es imprescindible que dicha formación esté sustentada en los “VALORES MORALES”. Es decir, que  Ajusten sus conductas o sus costumbres como servidores responsables a los valores morales establecidos, de tal suerte que otorguen a quienes depositaron su confianza en ellos UNA MAYOR GARANTÍA y CERTIDUMBRE de que en verdad eligieron a las mejores personas como “auténticos servidores públicos”, y que en los hechos, muestren que en el cumplimiento de su deber, todo su accionar irá encaminado hacia la consecución y aplicación del BIEN COMÚN.

MUCHOS NO OLVIDAN QUE DURANTE LA ÉPOCA MÁS CONOCIDA COMO “EL PRESIDENCIALISMO” LAS LEGISLATURAS, que por años y años siempre obedecieron a los dictámenes del Presidente, estas nunca sirvieron ni atendieron las necesidades del pueblo. Desde ese tiempo no se ha dejado de utilizar  la palabra “Democracia” misma que implica justicia y libertad. Esta expresión sólo fue empleada como una pantalla. Detrás de este lenguaje se maquinaron desplantes tan soberbios para que muchos, “como auténticos buitres descendieran sobre la humanidad de los más débiles acrecentando aún más sus carencias y necesidades”.

Así pues, quienes hoy conforman la nueva Legislatura Federal,  como representantes populares, deben recordar que, “(….) la “transición” del país no se limita a los aspectos meramente electorales, sino a la reformulación de todo sistema político que requiere de un discernimiento activo que delimite con precisión cuáles cosas deben mantenerse y por cuanto tiempo, y cuáles deben modificarse”, como bien lo precisa en uno de sus apartados el documento Eclesiástico emitido por la Conferencia del Episcopado Mexicano  el 25 de Marzo del año 200.

“Sobre este mismo asunto –agrega el Episcopado en el mismo documento– que, es necesario y urgente, para llevar a buen término la transición de nuestro país, actualizar la Constitución de la República a partir de una reconsideración de la dignidad de la persona, de sus derechos y obligaciones, de la historia de nuestra Nación y del nuevo escenario nacional e internacional que permita a nuestro pueblo tener una norma fundamental más acorde a nuestra realidad humana, cultural e institucional”.

Así pues, quienes ofrezcan soluciones fáciles, evidentemente estarán ofertando “SOLUCIONES BARATAS”, mismas que si se traducen al lenguaje de LA REAL POLÍTICA, quedará al desnudo que dichas ofertas “SON PURA DEMAGOGIA, O DEMAGOGIA PURA”.

Legislar pues, no es del todo fácil. Por ello es que, “ESTE CAMPO NO ES PARA IMPROVISADOS” sino para “PERSONAS QUE EN LO PARTICULAR CUENTEN CON LA PREPARACIÓN ÉTICA Y MORAL PARA EL EJERCICIO DEL PODER”, PODER QUE EMANA DEL PUEBLO Y AL QUE TIENEN LA INELUDIBLE MISIÓN DE SERVIR.

También sobre este mismo asunto, JAQUES MARITAIN, en su Obra Literaria HUMANISMO INTEGRAL señala que: “En realidad los principios de la moral no son ni fantasías ni ídolos, sino reglas supremas de una actividad concreta dirigida a una obra que ha de realizarse en circunstancias determinadas mediante reglas más inmediatas y, en definitiva, mediante las reglas de la virtud de la prudencia nunca trazadas de antemano, que aplican los preceptos éticos a los casos particulares en el medio ambiente de una voluntad concretamente recta. No pretenden devorar la vida humana; existen para construirla”. (Humanismo Integral Jaques Maritain)

LA POLÍTICA pues, en particular, TIENDE AL BIEN COMÚN DEL CUERPO SOCIAL: ¡¡ÉSTA ES SU MEDIDA!!

Y, ese  BIEN COMÚN es, como ya lo anotábamos, ES UN BIEN PRINCIPALMENTE MORAL; Y POR ELLO “ES INCOMPATIBLE CON TODO MEDIO INTERIORMENTE MALO”.

           …….Hasta la próxima, si Dios, nos lo permite…….

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