Lázaro Cárdenas Batel, un nombramiento con claro mensaje de Claudia
Ayer Claudia Sheinbaum hizo un solitario nombramiento de un nuevo integrante de su gabinete: Lázaro Cárdenas Batel será el Jefe (con mayúscula) de la Oficina de la Presidencia. El nombre del designado lleva implícito un mensaje del estilo de gobernar que está proyectando Claudia.
El nombramiento de ayer, fue recordar la transformación que, con un apoyo popular indiscutido, en su realizó momento, Lázaro Cárdenas del Río para garantizar la soberanía de México.
Lo hizo no solamente con la nacionalización del petróleo o el reparto agrario, sino que dio a la institución presidencial un perfil democrático alejado de cualquier tentación autoritaria.
Con Claudia Sheinbaum regresa a Palacio Nacional el recuerdo del prócer michoacano con la designación de su nieto, Lázaro Cárdenas Batel, como jefe de la Oficina de la Presidencia. Un puesto de altísima cercanía con la próxima presidenta de México.
Más allá de la geometría de las ideologías, el nuevo nombramiento se hizo solitario. Como un mensaje de que Sheinbaum asumía el legado del Tata como un compromiso de conducta personal y de lealtad a México.
La próxima presidenta de la nación está marcando, de manera por demás clara, un cambio en el concepto de austeridad que regirá el comportamiento de su gobierno. Una austeridad verdadera, a la altura de los problemas económicos del país y de los inaceptables grados de desigualdad social que padecemos.
Claudia Sheinbaum no quiso contaminar con especulaciones el nombramiento del nieto del Tata haciendo una especial distinción al ser, esta vez, el único nombre que apareció en la pasarela de los que serán sus colaboradores a partir de octubre.
Sheinbaum ha dado una nueva demostración de que gobernará con principios y no con amiguismos ni compromisos que puedan auspiciar la corrupción o el deterioro de las instituciones. El nombre de Lázaro Cárdenas, en el contexto de cambio sexenal, es un aviso para todos aquellos que estén pensando en que el poder es para servirse de él y no para servir a la sociedad.