EN LA ESPIRAL

Vicente González García

LAS FAMILIAS DEBEN CULTIVAR LOS VALORES QUE PROMUEVAN EL AUTÉNTICO DESARROLLO DEL HOMBRE

Hoy resulta especialmente doloroso ver y aceptar que como sociedad nos veamos marcados por enriquecer el “individualismo”, el “hedonismo”, el “consumismo irracional”, la “masificación” y, sobre todo ese reinante “racionalismo” que nos sigue confundiendo y arrastrando hacia las profundas sombras de un vacío existencial.

Sobre este asunto, ya,el Papa San Juan Pablo II en la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano verificada en la ciudad de Puebla, en Marzo de 1979, aclaraba que: “…..A causa de influencias externas dominantes o de la imitación alienante de formas de vida y valores importados, las culturas tradicionales de nuestros pueblos se han visto deformadas y agredidas mirándose así, nuestra identidad y nuestros valores propios…..”.

Para conocer un poco el tamaño del problema a que nos enfrentamos, primeramente debemos conocer, o bien, recordar que, EL INDIVIDUALISMO CIERRA LAS PUERTAS DE SU PRESENCIA AL PRÓJIMO, AL HERMANO. Es decir, la persona individualista vive en su propio mundo y se desentiende totalmente de quien o quienes necesitan de él; aunque también, lógicamente, se olvida que él necesitará en cualquier momento o circunstancia de aquéllos a quienes hoy olvida.

La persona individualista, tiene también una característica evidentemente perceptible, puesto que gira solamente entorno a sus propios intereses; por ello es identificada como un ser humano considerablemente EGOÍSTA.

El HEDONISMO. Se ocupa del deterioro de la honradez pública y privada; impulsa al ser humano a la práctica de los vicios, como son entre otros más, los JUEGOS ILÍCITOS, CONSUMO DE DROGA, ALCOHOLISMO, y DESENFRENO SEXUAL.

EL CONSUMISMO IRRACIONAL. Con su ambición desordenada y excesiva de “TENER MÁS”, va asfixiando a la persona en esa trágica carrera de la adquisición de bienes y comodidades que le obstruyen el goce de las virtudes evangélicas, del DESPRENDIMIENTO y la AUSTERIDAD, inmovilizándola para esa esencial relación solidaria y participativa de la vida comunitaria.

LA MASIFICACIÓN. No es sinónimo de comunidad. Esta, dicta reglas sin respetar la libertad. LA PERSONA “MASIFACADA” NO TIENE IDENTIDAD: viste como todos, se divierte como todos. En la masa no existen relaciones interpersonales: Lo que sí brota de ella, es LA DESAPARICIÓN DEL “YO”. La persona que se relaciona con la masa, además de su identidad, pierde su capacidad de decidir. Esto es, se convierte en un autómata, en un títere.

Con un sólo ejemplo, veremos indicios claros de cómo la persona pierde eso valores inalienables que lo identifican como ser humano: ¿Qué sucede con las personas que pertenecen a ciertos grupos ideológicos? ¿Quién decide qué, cómo, cuándo, dónde, y por qué tiene que hacer determinadas cosas?

EL RELATIVISMO ÉTICO. Este relativismo defiende la idea del engaño, del espejismo, de la ilusión y de todo lo que promete cosas vanas.

En este punto, es de subrayar que en numerosas comunidades, se siguen fortaleciendo grupos emanados de doctrinas falseadas sobre el propósito único de la vida, pues, de forma elegante siguen filtrando al interior de las familias y la sociedad todo tipo de ideas que aparentemente reflejan una necesidad indispensable para la supervivencia del hombre, y engrandeciéndolo a partir de una falsa superioridad, para que de esta manera el individuo, viviendo en ese mundo de espejismo, desconozca y rechace que Dios es el origen y el destino del ser humano.

¿Acaso hay solución para erradicar a fondo estos problemas que, a partir de sus efectos ya han dolido y siguen doliendo porque han cobrado forma humana?

Pues bien, a la luz de la Fe que anuncia la Iglesia instituida por Jesucristo, como padres de familia, responsables y coherentes con el propósito de la vida, sabemos que probado está que “¡¡NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO!!”; “¡¡NO TODO VALE LA PENA!!”.

Por ello, debemos enseñar a los muchachos a buscar a Dios y cultivar aquellos valores que brotan del Evangelio y que promuevan el verdadero progreso del hombre para que su vida no vacile, sino que más bien se cimente y se desarrolle a partir de la auténtica “Cultura de la Vida” y que no se desvíe hacia las cosas que solamente prometen una felicidad que se esfuma como el humo de un cigarrillo y que al final del día sólo dejan un AMARGO SABOR DE BOCA Y MUCHOS RESENTIMIENTOS Y PREOCUPACIONES.

Por qué no reconocer que muchos, “A PESAR DE QUE EL SUCESO DE LA MUERTE NOS RODEA CONSTANTEMENTE, SEGUIMOS VIVIENDO COMO NECIOS, COMO PERSONAS SUPERFICIALES, Y DEJAMOS PARA ÚLTIMA HORA LO QUE DEBEMOS HACER EL DÍA DE HOY”.

Nadie pues salgamos con la pretexto de que desconocemos la grave y lacerante vida que estamos viviendo como familia y como sociedad. ¡¡NADA IGNORAMOS!! De hecho, todos estamos avisados sobradamente que, “TODO LO QUE SOMOS Y TENEMOS LO HEMOS RECIBIDO SOLAMENTE EN CALIDAD DE ADMINISTRADORES”, ¡¡NADIE SOMOS DUEÑOS DE NADA!! ¡¡TODO ES DON DE DIOS MÁS QUE MÉRITO DEL HOMBRE!!

Si a muchos nos pudiera servir de alivio saber que “la paciencia de Dios no tiene límites, que día a día nos otorga la oportunidad para enmendar el camino, ¿POR QUÉ NOS PREOCUPAMOS Y DESALENTAMOS EL SABER QUE NUESTRA VIDA SÍ TIENE UN LÍMITE, y que NUESTRA EXISTENCIA EN ESTE MUNDO ES TEMPORAL?

Así pues, si la paciencia de Dios no tiene límites, pero nuestra vida sí, ¿POR QUÉ NO HACER UNA SERIA REFLEXIÓN Y ACEPTAMOS LA REALIDAD INDISCUTIBLE DE QUE NUNCA DEBEMOS ABUSAR DE LAS OPORTUNIDADES QUE SE NOS VAN BRINDANDO, SENCILLAMENTE, PORQUE NUESTRA VIDA VA TOCANDO FONDO CON CADA PASO QUE DAMOS?

Ciertamente que cuando el hombre se confiesa libre y feliz porque se encuentra rodeado de todo tipo de bienes materiales y salud física, POCO, O CASI NADA PIENSA EN DIOS.

Olvida, o bien ignora que como ser humano hecho a su imagen y semejanza, está llamado a descubrirse dentro de su proyecto de salvación durante su estancia en este mundo.

Esta y no otra es la misión de ser y estar de la persona humana, en el mundo. JAMÁS DEBE CONFUNDIRSE Y ENTENDER QUE EN SU LIBRE ARBITRIO, PUEDE HACER LO QUE LE PEGUE EN GANA, PORQUE EL INDIVIDUO JUZGUE QUE SOLAMENTE NACIÓ PARA ESTAR Y SER PARA EL MUNDO, Y QUE TODO TERMINA CON LA MUERTE.

SI POR UNA U OTRA RAZÓN NO LO QUEREMOS CREER, PUES, SIMPLEMENTE, ¡¡NO PASA NADA!!

¡TODOS SOMOS RESPONSABLES EN BUENA MEDIDA DE LO QUE SUCEDE DENTRO DE NUESTRAS PROPIAS FAMILIAS, Y EVIDENTEMENTE DE LO QU SUCEDE EN NUESTRO ENTORNO Y NUESTRA COMUNIDAD!

Ó, ¿A QUIÉN VAMOS A CULPAR DE LAS DESGRACIAS QUE SE SUCEDEN DÍA A DÍA EN NUESTROS PUEBLOS?

……Hasta la próxima, si Dios, nos lo permite………

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