EN LA ESPIRAL

     

Vicente González García

SI LA VIDA NO SE PUEDE ENTENDER SIN EL AMOR ¿VIVIR SIN EL AMOR ES VIVIR EN EL INFIERNO?

En la historia de la humanidad, y en las diversas culturas hasta nuestros días, aún se sigue debatiendo repetidamente acerca de  las preguntas que han caracterizado la marcha de la existencia humana en este mundo: ¿QUIÉN SOY? ¿DE DÓNDE VENGO Y A DÓNDE VOY? ¿POR QUÉ EXISTE EL MAL? ¿POR QUÉ EL DOLOR? ¿QUÉ SENTIDO TIENE LA VIDA? ¿QUÉ HAY DESPUÉS DE LA VIDA?

Estas, sin duda, son dudas que surgen de una conciencia herida que sigue suspirando y clamando por esa gran necesidad de comprensión continua, y que sigue angustiando el corazón de la humanidad.

Ante esta ineludible prisa de discernimiento, a lo largo de los siglos han surgido diversas respuestas, mismas que de hecho, en gran número, sólo han quedado varadas en meras hipótesis que, aunque fascinantes, muchas reflejan contenidos erróneos.

Un ejemplo claro lo palpamos en la actual “época modernista”, a partir de los razonamientos deformados por los muchas personas seguimos orientando nuestras vidas.

Y, frente a estos conceptos de vida distorsionados, el Papa SAN JUAN PABLO II en su Carta Encíclica “FE Y RAZÓN” afirma: “EL HOMBRE TIENE MUCHOS MEDIOS PARA PROGRESAR EN EL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD, DE MODO QUE PUEDA HACER MÁS HUMANA LA PROPIA EXISTENCIA”.

Pero, ¿Qué sucede ante las propuestas de enseñanza que la Doctrina de la Iglesia Católica le  propone al hombre para que, a través de ellas despeje todo tipo de dudas en cuanto a su existencia y propósito en el peregrinar por este mundo?

¡¡Claro que nada ocurre!!, porque EL SER HUMANO SE HA VUELTO UN EXPERTO EN LA EVASIÓN DE ESTAS RIQUEZAS QUE SON FUNDAMENTALES PARA LA VIDA.

Ante tal actitud, parece ser que hombres y mujeres deseamos seguir confundidos. Igualmente, no es nada aventurado decir, que muchos, incluso, hemos considerado que torciendo nuestra razón hacia lo falso, donde por cierto cimentamos nuestra afanosa tarea de encontrar y comprender esa verdad total, perfecta y absoluta, finalmente descubriremos la respuesta cierta y única sobre la vida.

Sinceramente, muchos no deseamos encontrar la respuesta a esas incesantes preguntas que se anotan líneas arriba. Esto, es tan evidente que, somos incontables los que de forma mañosa y  deliberada, sabemos que nos arrojamos a todo tipo de riesgos, por no atender dichas enseñanzas que ofrece la Doctrina de la Iglesia Católica.

Y, seguimos evadiéndolas, porque sabemos cabalmente que, en el momento en que las empecemos a conocer y a discernir de forma creciente, notaremos que, estos preceptos instituidos por Dios,  contienen ESA RESPUESTA ÚNICA que buscamos y que le da sentido a nuestra VERDAD EXISTENCIAL. Más como estos mandatos no se encuentran en sintonía con las propuestas que nos ofrece el mundo materialista, ni tampoco se ajustan a nuestras ambiciones y apetencias de riqueza y poder, ¡SIMPLEMENTE LAS CONDENAMOS AL OLVIDO PORQUE NOS DAN MIEDO SUS CRITERIOS de AMOR, VERDAD y JUSTICIA!

Sin embargo, SAN JUAN PABLO II, en el conjunto de documentos que nos legó y que son de incuestionables enseñanzas, subraya que: PESE A QUE AL HOMBRE, LE GUSTE O NO, “SIEMPRE ES Y SERÁ ESA VERDAD TOTAL, PERFECTA Y ABSOLUTA QUE ES DIOS, LA QUE TIENE AUTORIDAD SOBRE SU VIDA”.

Igualmente, San Juan Pablo II, reafirma que, ESTA VERDAD QUE DIOS PADRE NOS REVELA EN SU HIJO JESUCRISTO, NO ENTRA EN CONTRASTE CON LAS VERDADES QUE SE ALCANZAN FILOSOFANDO.

Por ello, con exacto entendimiento afirma: “EL VERDADERO PUNTO CENTRAL DE LA EXISTENCIA HUMANA, QUE DESAFÍA TODA FILOSOFÍA, ES LA MUERTE DE JESUCRISTO EN LA CRUZ”. Y reafirma que, “TODO INTENTO DE REDUCIR EL PLAN SALVADOR DEL PADRE A PURA LÓGICA HUMANA ESTÁ DESTINADO AL FRACASO”.

Por tanto, si en verdad deseamos llegar tener un pequeño acercamiento a la comprensión de las interrogantes expresadas sobre la existencia humana en su sentido real; existencia que a menudo está circundada de incomodidades, angustias, y sufrimientos, LA EXPRESIÓN PLENA LA ENCONTRAREMOS EN AQUEL quien dijo que, “DURANTE TODA SU VIDA, ÉL HABÍA ESTADO BUSCANDO ALMAS. HABÍA DEJADO EL CIELO PARA BUSCARLAS ENTRE LAS ESPINAS; Y POCO IMPORTABA SI ELLAS (los hombres) HACÍAN UNA CORONA DE ESTAS ESPINAS PARA ÉL, SIEMPRE QUE ÉL PUDIERA ENCONTRAR LA QUE HABÍA PERDIDO.

Igualmente, esa manifestación íntegra la descubriremos en quien dijo que: “ÉL NO HABÍA VENIDO A LLAMAR A LOS JUSTOS, SINO A LOS PECADORES, Y QUE SU CORAZÓN ESTABA SEDIENTO DE ELLOS AHORA MÁS QUE NUNCA”.

Por ello, si verdaderamente deseamos comprender lo que somos y valemos para Dios como seres humanos hechos a su imagen y semejanza,¡¡LEVANTEMOS NUESTRA MIRADA HACIA EL HOMBRE DE LA CRUZ!! ¡¡ALLÍ ESTÁ EL AMOR CRUCIFICADO!! ¡¡ALLÍ ESTÁ ESA RESPUESTA A LA TOTALIDAD DE INTERROGANTES QUE DESDE SIEMPRE SE HA HECHO EL HOMBRE A LO LARGO DE SU PROPIA HISTORIA!!

Para JESUCRISTO, EL QUE LE ARREBATARAN SU VIDA NO SIGNIFICABA MUCHO, porque en realidad ÉL ESTABA DÁNDOLA VOLUNTARIAMENTE. ¡¡PERO QUE EL HOMBRE DESPRECIARA SU AMOR, ERA SUFICIENTE PARA DESTROZARLE SU SAGRADO CORAZÓN!!

Sin embargo, en nuestros días, y frente a las horrendas e injustas tragedias que se presentan a diario en los diversos ámbitos de la vida; LA SOBERBIA QUE ENLOQUECE NUESTRAS MENTALIDADES DIMINUTAS y hace que toda nuestra armadura humana se estremezca, nos dice que ESA RESPUESTA LA POSEE LA CIENCIA DEL MUNDO Y SUS ABERRANTES INVESTIGACIONES.

Por ello, SEGUIMOS PERMANECIENDO COMO HOMBRES SIMPLONES, INTRATABLES Y ENFERMIZOS, pues, PESE A QUE NOS ENCONTRAMOS ANTE LA SITUACIÓN DE MUERTE QUE NOS RODEA CONSTANTEMENTE, DEJAMOS PARA EL ÚLTIMO MOMENTO LO QUE DEBEMOS HACER AHORA.

Ahora, si alcanzamos a comprender que nuestras vidas no se pueden entender ni ser sin el Amor, entonces, ¿ESTAR SIN EL AMOR ES ESTAR EN EL INFIERNO?

¿Qué signos percibimos hoy en día en nuestras comunidades? ¿Acaso serán señales de que estamos llenos de amor? O, posiblemente ¿serán advertencias de que estamos vacíos, porque seguimos apostándole a la cultura de la injusticia, mentira y muerte?

Si aún no encontramos el sentido a nuestra existencia, y el por qué del sufrimiento y el dolor. Igualmente si no conocemos la respuesta a las dudas sobre, ¿Qué es el hombre?, ¿de donde viene?, ¿a donde va?, ¿porqué existe el mal?, ¿porqué la muerte?, y ¿qué hay después de la vida? ¡¡BUSQUEMOS TODO EN LA LUZ QUE BROTA DEL MISTERIO DE LA PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN DE CRISTO!!

En esa luz encontraremos la respuesta única y perfecta a todas esas interrogantes de la existencia humana que nos tienen anclados a un concepto de vida apagada e injusta, porque: “SI HUBO ALGUIEN QUE TUVO DERECHO A PROTESTAR CONTRA LA INJUSTICIA, FUE AQUEL QUE ES LA JUSTICIA DIVINA; SI HUBO ALGUNA VEZ UNO QUE TUVO DERECHO PARA REPROCHAR A QUIENES CAVARON EN SUS MANOS Y PIES CON ACERO, FUE NUESTRO SEÑOR EN LA CRUZ”.

Más sin embargo, “en el mismo momento en que un árbol se vuelve contra ÉL y se convierte en la Cruz, cuando el hierro se vuelve contra ÉL y se convierte en clavos, cuando las rosas se vuelven contra ÉL y se convierten en espinas, cuando los hombres se vuelven contra ÉL  y se convierten en verdugos, ÉL DEJA CAER DE SUS LABIOS POR LA PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA DEL MUNDO UNA ORACIÓN POR LOS ENEMIGOS: “PADRE MÍO PERDÓNALES, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN”  (Lc. 23, 34).  (“ARCO IRIS DEL DOLOR” FULTON J. SHEEN)

(….) “La inteligencia humana no puede agotar el misterio de Amor que la Cruz representa, mientras que ésta pueda dar a la razón la respuesta última que busca” (….) “La Sabiduría de la Cruz supera todo límite cultural que se le quiera imponer y obliga a abrirse a la universalidad de la verdad, e la que es portadora” (…) (San Juan Pablo II, “FE Y RAZÓN”).

       ……….Hasta la próxima, si Dios, nos lo permite….

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