Libros infantiles, herramientas para la enseñanza del manejo emocional

Su uso en las escuelas es clave, se logra potenciar las experiencias: Noemi Aizencang

Diana Saavedra    Oct 21, 2024

Los libros son una herramienta muy útil para enseñar claramente a las infancias cómo enfrentar problemas como el enojo o la tristeza, por lo que su uso por parte de los maestros en las escuelas es clave a fin de potenciar las experiencias emocionales de niñas y niños, consideró investigadora de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Noemi Aizencang.

Invitada por el Posgrado en Pedagogía de la UNAM, la filósofa argentina precisó que actualmente trabajan pedagógicamente con los textos basados en tres áreas psicoculturales: las experiencias en las que participan las infancias, qué herramientas simbólicas y culturales les ofrecemos, y el marco de sus interacciones con los adultos acompañándolas.

Aizencang detalló: “Valdría la pena detenernos en ellas para pensar cómo potenciar las experiencias emocionales de las niñas y los niños en su paso por la escuela. Estas lecturas nos posibilitan construir modos alternativos para potenciar estas experiencias emocionales”.

Como ejemplo del trabajo que realizan puso el texto La calma de León, de Victoria Conte y Polly Boyle, como un recurso para contextualizar los elementos culturales para dirigir a los pequeños con otra mirada, pues describe a un niño que se enoja permanentemente, y cómo se manifiesta esto: “sentía calor dentro de su cuerpo, como burbujas antes de estallar, su respiración se acelera, su corazón late fuerte. Pensaba que se había cometido una injusticia y reaccionaba sin pensar ya sea gritaba, lloraba, tiraba cosas, empujaba o pegaba”, se lee en el libro.

La especialista de Facultad de Filosofía y Letras de la UBA agregó que en el texto se puede leer que la mamá del niño le explica que cuando nos enojamos la cabeza es como un frasco con agua que tiene muchas cosas dentro, y no nos permite ver lo que hay dentro; pero al calmarnos, las cosas que son más pesadas se van al fondo y podemos ver a través del líquido una solución.

Aconsejó crear un espacio dentro de la casa para relajarse, donde perdure la idea de tranquilidad, formas de volver a la calma, recomendaciones para respirar lentamente, como una manera de soltar el enojo; es decir, estrategias para solucionar el problema y confiando que el niño puede hacerlo. “Éste es un modo de pensar y ofrecer al otro una idea o forma de resolver o procurar un manejo más autónomo de las emociones”.

Es una aproximación a las emociones de los pequeños, como también lo es el libro El día que los crayones renunciaron, de Oliver Jeffers, ilustrado por Drew Daywalt, donde cada uno de los colores de una caja de crayolas explica claramente cómo se siente, ya sea que los usan o no mucho, que si se sienten invisibles, si les cae mal que la gente no sepa su nombre correcto; y al final la estrategia es que los niños propongan ideas para ayudarlos con el fin de que cada uno regrese a la caja.

Herramientas hay varias, precisó la investigadora, para enseñar a niñas y niños a enfrentar los problemas, como el libro Tristeza: manual del usuario, de Eva Eland, quien intenta recrear las emociones como una relación, en la que se muestra que este sentimiento no debe ser eliminado de la vida, sino tener un lugar para comprenderla; no es una crítica, sino reconocer que todo tiene un sentido.

La especialista aclaró que estos textos como herramienta de enseñanza pueden ser utilizados no sólo en los grados de enseñanza básica, sino también con los adolescentes de secundaria y bachillerato que requieren más poder definir aquello que experimentan, pero que no saben cómo hacerlo.

Brújulas que deseamos seguir

A su vez, Ana María Salmerón Castro, coordinadora del Posgrado en Pedagogía de la UNAM, dijo que para dicho posgrado las figuras académicas de Argentina que trabajan estos temas “han sido una brújula que deseamos seguir, cuando tuvimos la llegada de un grupo de colegas a México con el impulso y la fuerza de sus miradas sobre la disciplina que marcaron una manera de trabajar, leer y escuchar a sus pares”.

Mientras que Ana Laura Gallardo Gutiérrez, secretaria académica del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, agregó que uno de los objetivos principales de este seminario es el diálogo latinoamericano, el intercambio académico desde una mirada del Sur global. En este semestre, el tema principal es el giro afectivo tanto en las ciencias sociales, humanidades como en el currículo.

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