EN LA ES PIRAL


Vicente González García
“EL MATRIMONIO ES PARA UNIR Y CONSTRUIR Y NO PARA DESUNIR Y DESTRUIR”
Si bien es cierto que en todas las épocas la institución familiar ha sufrido serias agresiones por parte de las leyes enmarcadas en las constituciones, así como por parte de ciertas e innovadoras formas de uniones matrimoniales promovidas sobre todo por los grupos con tendencias ateístas que nada tienen que ver con el Sacramento del Matrimonio instituido por Jesucristo. Hoy, aunque muchas familias permanecen en la fiel observancia a los valores que constituyen su razón de ser, y otras más, manifiestan claramente la ausencia de dichos valores exteriorizando sin más una mezcla de culturas que solamente las desunen, corrompen y destruyen.
Así, ante las transformaciones rápidas, astutas y exageradas que han venido adoptando las diversas sociedades, es de vital importancia poner en claro que: “Es una soberana estupidez que alguien niegue, que la familia instituida sobre el Sacramento del matrimonio (entre hombre y mujer), es y será para todos los tiempos el verdadero patrimonio de la humanidad”.
Esto, pésele a quien le pese, es una verdad incuestionable toda vez que, hasta hoy, sigue siendo la célula primaria de la sociedad. Y, aunque olvidada por ciertos gobiernos que tratan de desvalorizarla con la aprobación de leyes que contribuyen a su desintegración, “LA FAMILIA NO ES SINO EL SANTUARIO DE LA VIDA Y UN DON NECESARIO PARA LA SOCIEDAD EN SU CONJUNTO”
En este contexto, el “COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA” define que: “LA FAMILIA, COMUNIDAD EN DONDE SE EXPERIMENTA LA SOCIABILIDAD HUMANA, CONTRIBUYE EN MODO UNICO E INSUSTITUIBLE AL BIEN DE LA SOCIEDAD”.
Igualmente establece que, la comunidad familiar nace de la comunión de las personas, y que, dicha comunión se refiere a la relación personal entre el “YO” y el “TÚ”. La comunidad, en cambio, agrega, “supera este esquema hacia una “SOCIEDAD”; es decir, un “NOSOTROS”. Por ello, establece: “LA FAMILIA, COMUNIDAD DE PERSONAS, ES POR CONSIGUIENTE LA PRIMERA “SOCIEDAD HUMANA”…
Ahora, si observamos nuestra realidad, utilizando los métodos, VER, JUZGAR Y ACTUIAR, finalmente caeremos en la cuenta de que, “EL MATRIMONIO ES PARA UNIR Y NO PARA DESTRUIR”. ¿QUÉ HACEMOS DE NUESTROS HIJOS AL MOMENTO DE CONSEGUIR EL DIVORCIO? ¿QUÉ HACEMOS DE ELLOS CUANDO POR SIMPLE GUSTO NOS SEPARAMOS DE NUESTRA PAREJA? ¿POR QUÉ NOS SEGUIMOS DANDO EL LUJO DE INCLINARNOS POR LEYES QUE BROTAN DE IDEOLOGÍAS QUE INDUCEN Y DEMANDAN LA ACEPTACIÓN Y PRÁCTICA DE LA “CULTURA DE LA MUERTE”?
¿Cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a cuestionarnos y VER, qué tipo de “vicios” influyen a que se difunda la idea de la separación o divorcio en los matrimonios”? ¿Qué podemos hacer para contribuir a que se fortalezca la unidad matrimonial y familiar?

¿Acaso somos de los que cerramos los ojos ante las verdades concretas que vivimos de ordinario en nuestro entorno con la idea de ignorarlas, o porque nos da miedo ver nuestra realidad?
¡CLARO QUE ES DEMASIADO FÁCIL Y PLACENTERO (¿?) CONTRAER MATRIMONIO PROCREAR HIJOS, Y DESPUÉS ABANDONARLOS A SU PROPIA SUERTE! aunque con ello contribuyamos a robustecer el índice de orfandad, y también, ¡por qué no! nos alojemos en ese agujero salvaje, irresponsable e indiferente, en el que muchos, apócrifamente, decimos encontrar la felicidad eligiendo una vida que, sin preguntarnos nada, sin alzar la cara del polvo de la perversidad en que nos revolcamos, quebrantamos los estándares instituidos por Dios para la vida del matrimonio, de la familia y de la sociedad!
Pero, y ¿qué está sucediendo, o ha sucedido con nuestros hijos mientras que muchos de nosotros seguimos ligados a esos delirios de felicidad?
¿Acaso estarán buscando refugiarse en el sueño del polvo blanco tratando de encontrar una respuesta al sentido de sus vidas, y donde solamente habrán de encontrar fuertes mutilaciones indescifrables que marcarán extremadamente su existencia?
Y, ¿qué decir de las privaciones de alimento que llenen sus estómagos hambrientos, las injusticias, y abusos a que estarán diariamente expuestos, y donde todo lo que huela a vida siempre se mostrará amargo para ellos?
Si JUZGAMOS nuestra CONDUCTA con rectitud, muchos posiblemente habremos de coincidir en que, NOSOTROS SOMOS LOS RESPONSABLES de PROMOVER MUCHAS DE LAS INJUSTICIAS QUE SE SIGUEN COMETIENDO.
Esto, claro que no se soluciona con lloriqueos, ni arranques de ira, ni mucho menos, cediendo al cobarde conformismo que sólo alienta la falsa resignación.
LAS INJUSTICIAS DE LA VIDA PARA SER VENCIDAS, claman un “SENTIDO DE RESPONSABILIDAD” en cada uno de nosotros. Y, si no lo admitimos como apremiante, “¡LOS VENCIDOS SEREMOS NOSOTROS!”
Entonces, como padres de familia, como comunidad, y como sociedad ¿hacia dónde nos encaminamos en el tránsito de esta vida terrena y temporal? ¿Acaso será al encuentro con la nada? ¿Esto será justamente el propósito de la vida? ¿Qué sucede o ha sucedido con la búsqueda y obtención de un orden social moralmente justo y equitativo para nuestros hijos?
Todos, creyentes y personas de buena voluntad, estamos llamados a ser auténticos transformadores sociales, a partir de los estándares de vida que Dios nos indica en los Valores Evangélicos.
Para ello, es necesario ACTUAR con gran sentido de responsabilidad, puesto que todos conocemos la complejidad de la problemática que vivimos y a la que debemos dar la cara sin titubeos ni justificaciones.
Debemos solidarizarnos sin excusa alguna con LOS ÚLTIMOS, LOS QUE NADA TIENEN, y que por ello viven ignorados por todos; Políticos, gobernantes y sociedad civil. Y más aún, continúan en una desorientación total que es típica de la ignorancia sobre el verdadero propósito de la vida.
Es pues obligatorio, atender a quienes piden ser reconocidos de forma efectiva como personas y como familias. De no hacerlo estaremos desechando los signos vitales para esa transformación social que todos ansiamos.

“La situación en que se halla la familia, observa SAN JUAN PABLO II, en su Exhortación Apostólica “FAMILIARIS CONSORTIO” (LA MISIÓN DE LA FAMILIA CRISTIANA EN EL MUNDO ACTUAL), presenta aspectos positivos y aspectos negativos: signo, los unos, de la salvación de Cristo operante en el mundo; signo, los otros, del rechazo que el hombre opone al amor de Dios.
“En efecto, agrega, por una parte existe una conciencia más viva de la libertad personal y una mayor atención a la calidad de las relaciones interpersonales en el matrimonio, a la promoción de la dignidad de la mujer, a la procreación responsable, a la educación de los hijos; se tiene además conciencia de la necesidad de desarrollar relaciones entre las familias, en orden a una ayuda recíproca espiritual y material, al conocimiento de la misión eclesial propia de la familia, a su responsabilidad en la construcción de una sociedad más justa”.
“Por otra parte, advierte SAN JUAN PABLO II, no faltan, sin embargo, signos de preocupante degradación de algunos valores fundamentales: una equivocada concepción teórica y práctica de la independencia de los cónyuges entre sí; las graves ambigüedades acerca de la relación de autoridad entre padres e hijos; las dificultades concretas que con frecuencia experimenta la familia en la transmisión de los valores; el número cada vez mayor de divorcios, la plaga del aborto, el recurso cada vez más frecuente a la esterilización, la instauración de una verdadera y propia mentalidad anticoncepciona”l.
También, ya explicaba claramente que, “En la base de estos fenómenos negativos está muchas veces una corrupción de la idea y de la experiencia de la libertad, concebida no como la capacidad de realizar la verdad del proyecto de Dios sobre el matrimonio y la familia, sino como una fuerza autónoma de autoafirmación, no raramente contra los demás, en orden al propio bienestar egoísta”.

Por lo que se refiere a las legislaturas, sobre todo aquí en México, ciertos Diputados, han elaborado, promovido y aprobado nuevas leyes. Igualmente, han hecho enmiendas en otras que, confrontadas con el significado y valor del matrimonio, la familia, y la sociedad en su conjunto, dichas políticas, más parecen signos de muerte y desamor.

……Hasta la próxima, si Dios nos lo permite….

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