Se reencuentran 131 Palomas Mensajeras con sus seres queridos en California
Durante tres días, 17 habitantes de Tuzantla, 24 de Tlalpujahua, 23 de Angangueo, 17 de Angamacutiro y 50 de Pajacuarán, salieron de sus comunidades de origen para viajar a EU a reencontrarse con hijas e hijos que no habían visto en décadas.
California, Estados Unidos, a 19 de enero de 2020.- A sus 65 años de edad, Mario Albarrán López, vivió uno de los días más felices de su vida al reencontrarse en California con tres de sus seis hijos, tras 22, 18 y diez años sin verlos.
Originario de Tuzantla, de oficio panadero, actividad con la que sacó adelante a su familia, don Mario venció las secuelas que le ha dejado en su cuerpo la diabetes y que lo han postrado en una silla de ruedas, para abrazar de nuevo a su hijo Mario y a sus hijas Lilia y María del Rosario, además de poder conocer a sus cinco nietos.
El señor Mario y 130 integrantes del programa sello del Gobierno de Michoacán, Palomas Mensajeras, se reencontraron durante los últimos tres días en California, con seres queridos que no habían visto en décadas.
El jueves, 17 madres y padres de familia provenientes de Tuzantla y 24 de Tlalpujahua, salieron de sus comunidades de origen para llegar al aeropuerto de la Ciudad de México para volar a California, donde fueron recibidos por sus hijas, hijos, nueras, yernos, nietas, nietos, bisnietas y bisnietas.
El viernes, 23 personas adultas mayores originarias de Angangueo, se dirigieron también a la Ciudad de México para abordar el avión que los llevó a California.
El sábado, 17 Palomas Mensajeras de Angamacutiro y 50 de Pajacuarán, viajaron al aeropuerto de Guadalajara para subir a la aeronave que los trasladó a California para volver a abrazar a sus seres queridos que dejaron de ver por diez, 15, 20, 30 y hasta 40 años.
Las 131 personas, que durante los tres días se reencontraron con sus seres queridos a través de este programa de reunificación familiar binacional, fueron recibidos en Estados Unidos con flores, globos y regalos, entre lágrimas, risas y abrazos, por los integrantes de las familias que sus hijas e hijos conformaron en el vecino país del norte.