AMLO no se someterá a prueba del coronavirus porque no presenta síntomas
El subsecretario de Salud, Hugo López-Gattel, descartó que en este momento sea necesario aplicar una prueba
El subsecretario de Salud, Hugo-López Gattel, descartó que el presidente Andrés Manuel López Obrador deba ser sometido a una prueba para saber si está enfermo del nuevo coronavirus, luego de que conviviera en días recientes con el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, que esté día confirmó que dio positivo a COVID-19.
“Hacer la prueba en una persona, cualquiera, sea el presidente o sea cualquier otro ser humano, tiene un rendimiento muy bajo en la medida en que la persona sea asintomática», explicó este sábado el funcionario federal.
“No aplica porque el periodo relevante de contagiosidad inicia en el caso de la persona afectada en el momento en que empieza a desarrollar síntomas. La probabilidad de que una persona en el periodo previo a los síntomas, es decir el periodo de incubación, sea contagioso es muy bajo», agregó López-Gatell en la conferencia diario sobre el avance del nuevo coronavirus.
El subsecretario de Salud dijo que se le aplicará la prueba al presidente solo si presenta sintomatología de estar contagiado con la nueva cepa de coronavirus.
“Si fuera el caso de que el licenciado López Obrador tuviera síntomas será atendido como corresponde a cualquier otro ser humano», comentó.
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Este sábado, el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, anunció que dio positivo a la prueba de COVID-19, con lo que se convierte en el servidor público de más alto perfil en el país en contraer el coronavirus.
El mandatario estatal, quien no detalló cuándo presentó los síntomas de la enfermedad, estuvo en la rueda de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador hace apenas 10 días, el 18 de marzo.
El gobierno mexicano declaró esta semana la segunda fase de la epidemia de coronavirus en el país, lo que implica los primeros contagios comunitarios de la COVID-19, que hasta ahora representan el 8 % del total.
El presidente ha suspendido todas las actividades no esenciales del gobierno federal, lo que implica mantener solo las áreas estratégicas, como salud, seguridad pública, energía y suministro de agua.