MENSAJE DOMINICAL
14° Domingo Tiempo Ordinario
El Evangelio de hoy
Mateo 11, 25-30
En cierta ocasión dijo Jesús: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque si ocultaste estas cosas a los sabios y a los entendidos, las revelaste a los pequeños. Sí, Padre, porque así tuviste a bien disponerlo.
Todo me lo entregó mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí todos los que están rendidos y agobiados, que yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es llevadero y mi carga liviana”.
Reflexión
En su modo de anunciar la Buena Nueva del Reino, Jesús revela una gran pasión por el Padre y por el pueblo humillado. Diferente de los doctores de su tiempo, Jesús anuncia la Buena Nueva de Dios, en cualquier lugar en donde encuentra gente que lo escucha. En las sinagogas durante la celebración de la Palabra. En las casas de los amigos. Caminando por caminos con los discípulos. En el mar, a lo largo de las playas, sentado en la barca. Sobre la montaña donde proclama las Bienaventuranzas. En las plazas de los pueblos y de las ciudades, donde el pueblo transporta a los enfermos. También en el templo de Jerusalén durante las peregrinaciones. No solo anuncia la Buena Nueva del Reino, sino que Él es una prueba viva del Reino. En Él aparece ya lo que acontece cuando una persona humana deja que Dios reine y tome posesión de su vida.
Jesús invita a todos los que sufren bajo el peso de la vida a encontrar en Él reposo y alivio. Esta exhortación está en relación con la Sabiduría Divina, que convoca en torno a sí a las personas afirmando que “sus caminos son caminos deleitosos y son paz todas sus sendas”. También dice: “La sabiduría exalta a sus hijos y acoge a los que la buscan. El que la ama, ama la vida, y los que madrugan para salir a su encuentro, serán llenos de alegría”. Esta invitación revela un aspecto importante del rostro femenino de Dios, la ternura y el acogimiento que consuela, revitaliza las personas y les hace sentir bien. ¡Jesús es el alivio que Dios ofrece al pueblo fatigado!
Oración
Señor Jesús, tú que nos llenas de paz porque tu yugo es llevadero y tu carga ligera, ayúdame a ser manso y humilde de corazón. Amén.
Acción
Para reflexionar: ¿Las palabras de Jesús cómo pueden ayudar a nuestra comunidad a ser un lugar de reposo para nuestras vidas? Jesús se presenta como revelador y como camino al Padre. ¿Quién es Jesús para ti?
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«Nuntium Verbi Dei»
“Mensaje de la palabra de Dios”