EN LA ESPIRAL
Vicente González García
“SIEMPRE HA EXISTIDO UN SILENCIO INVOLUNTARIO QUE SE MANIFIESTA EN AQUELLAS PERSONAS SUMISAS Y SERVILES ANTE QUIENES OSTENTAN EL PODER TEMPORAL”
De acuerdo a la definición más clásica de la palabra “JUSTICIA” se sostiene que no es otra cosa sino “DAR A CADA QUIEN LO SUYO”.
Y entre las cosas que la persona tiene como suyas debido a su naturaleza, se encuentran por ejemplo: “EL DERECHO A LA VIDA, A LA SEGURIDAD DE LA INTEGRIDAD FÍSICA, A LA PLENA LIBERTAD, A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, ECT. ETC.
Ahora, si bien, cuando el estado promulga estos derechos, no los está creando, sino que solamente los promueve, o bien, en todo caso, cuida de ellos.
Estos derechos ningún gobierno los puede invalidar toda vez que le pertenecen al hombre desde siempre; son derechos inalienables.
Dios pues concede al hombre la capacidad de entrar en diálogo, por ello, la capacidad de hablar y relacionarse con sus semejantes es un derecho humano, pues si el hombre, incluso, puede entablar diálogo con su Creador, con mayor razón puede hacerlo con sus congéneres.
De esta facultad también habla el Art. 19 enmarcado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos al indicar que, “LAS PERSONAS TENEMOS DERECHO A PENSAR Y A DECIR LO QUE PENSAMOS”.
Partiendo pues de esta breve síntesis relacionada con algunos de los derechos fundamentales del ser humano, en efecto se puede asegurar que, cuando ciertos gobernantes se presumen de ser justos, “DEBEN ACTUAR EN CONSECUENCIA PARA QUE PUEDA HABER EN ESTOS COHERENCIA ENTRE EL DECIR Y EL HACER”.
Hablar pues de JUSTICIA, es hablar de LIBERTAD, pero de una LIBERTAD con RESPONSABILIDAD. Como ya se anota, la LIBERTAD para pensar y decir lo que pensamos ES UN DERECHO NATURAL CON EL QUE NACE EL SER HUMANO, aunque hoy en día, EN LOS ÁMBITOS POLÍTICO Y SOCIAL existan personas que quisieran a toda costa SILENCIAR a quienes de una u otra forma no coinciden con su forma de pensar y actuar.
Claro que este tipo de acciones tienen más reincidencia en el campo de la política gubernamental, al no aceptar la crítica, o mejor dicho, los señalamientos que de ordinario se hacen tanto por sus desaciertos, o bien por las corruptelas que se cometen durante sus mandatos.
Para tratar de silenciar la voz del pueblo, muchos gobernantes siguen utilizando diversos métodos para intentar callar a quienes se atreven a hacer tal o cual señalamiento. Las tácticas que utilizan muchos “servidores públicos” para llevar a cabo su objetivo son consideradas como “perversas y deshumanizadas”.
En ocasiones bloquean las notas periodísticas que ponen al descubierto sus malas acciones de gobierno o bien, todas aquellas que consideran son un obstáculo para su carrera política, arguyendo que tal o cual información carece de veracidad, o simplemente desembolsando fuertes cantidades de dinero a las editoriales.
Cierto es también que muchos de estos esfuerzos que hacen los políticos, resultan inútiles debido a que siempre han existido editores que se la “rifan” y recurren a los medios e instancias legales para enfrentarlos y así poner al desnudo públicamente la perversidad y corrupción con que se conducen ciertos gobernantes y servidores públicos considerados de “primer nivel”.
Cuando se habla pues de silenciar a otro, esto no se puede calificar sino de “un atropello” a sus derechos fundamentales de expresarse libremente. No obstante, se siguen dando casos donde algunos medios de comunicación “bombardean” a ciertos comunicadores con la finalidad de “callarlo” y despedirlo por orden de de algún gobernante.
También se dan casos en que la Dirección de ciertos medios de comunicación, a partir de la orden de habilidosos políticos, les sugieren a los reporteros “que le bajen de tono a sus informaciones” porque los que se consideran “intocables” e “intolerables” a la crítica se han estado quejando constantemente con los dueños de dichas empresas, y que si no lo hacen, pues simplemente “quedarán despedidos” de su empleo a más de las consecuencias que pudieran enfrentar.
Ante todo esto que se sigue presentando día a día, existen comunicadores y empresas periodísticas que no bajan la guardia pese a las amenazas que reciben, y siguen ejerciendo esa “DIFÍCIL PERO NOBLE TAREA DE HACER BUEN PERIODISMO” llevando por delante la ÉTICA PERIODÍSTICA, y no dar cabida a lo que muchos suelen llamar olímpicamente EL SILENCIO INVOLUNTARIO QUE SE MANIFIESTA SOLAMENTE EN AQUELLAS EMPRESAS EDITORIALES Y COMUNICADORES “SUMISOS y SERVILES HACIA QUIENES OSTENTAN EL PODER TEMPORAL”.
Todos son excepción alguna, debiéramos hacer valer ese DERECHO a LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN puesto que, si Dios le ha dado al hombre la capacidad de preguntar y dialogar con Él, ¿por qué entonces no habría de hacerse con espíritu crítico, tolerancia y aceptación entre los mismos seres humanos, llámense de la comunidad política o social?
En cuanto a la política gubernamental se refiere, bien se puede decir que, “DETECTAR LA FALSEDAD DE UNA AFIRMACIÓN SUELE SER FÁCIL, Y MÁS LO ES CUANDO SE TRATA DE ALGO COMPROBABLE FÍSICAMENTE”.
…..Hasta la próxima, si Dios nos lo permite…….