Movilidad para la Base de la Pirámide Social


Por el simple hecho de ser mexicanos, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 6º, confiere el derecho de acceso y uso de las Tecnologías de Información y Comunicación y establece la obligación del Estado de procurar la universalidad de la inclusión digital en el país.
La garantía del derecho depende en gran medida de tres factores. El primero consiste en el despliegue de infraestructura de telecomunicaciones; el segundo en las habilidades digitales desarrolladas por la población, y finalmente la asequibilidad de servicios y dispositivos.
Al igual que sucedió en el mercado de telefonía fija años décadas atrás, el segmento de telecomunicaciones móviles es ahora el principal promotor de la conectividad universal en el país, al brindar acceso a todos los estratos de la población. Ello a partir, de la reducción de precios de los servicios y el abaratamiento de los dispositivos en años recientes.
Acceso a Servicios Móviles
En concreto, el número de líneas móviles en nivel socioeconómico bajo (D/E) asciende ya a 8.2 millones al primer trimestre de 2019, esto es equivalente a que 89% del total de la población en ese segmento cuentan con servicios móviles. Prácticamente la totalidad de los individuos y en un nivel similar frente al NSE C/C- 101% (34.6 millones de líneas), el NSE medio alto (C+, 105%) con 14.6 millones de líneas y en A/B con un coeficiente de 107% (8.2 millones de líneas).

Acceso a Telefonía Móvil por NSE
Por su parte, la mayor asequibilidad de la conectividad de Banda Ancha Móvil (BAM), aunado a las ofertas que incluyen navegación libre en aplicaciones de redes sociales y mensajería, incluso en la modalidad de prepago, ha provocado que entre las personas de NSE bajo se registre un coeficiente de acceso de 62%. Ello implica un crecimiento anual de 7.9% anual en la base de usuarios en este segmento poblacional, el más alto en el comparativo entre NSE.
Acceso a Banda Ancha Móvil por NSE
No obstante, a esta dinámica creciente hacia su democratización, aún 14.2 millones de personas mayores a 10 años en el segmento D/E, no son usuarios de BAM, y por ello no cuentan con acceso a contenidos informativos, educativos, culturales y de entretenimiento, de manera ubicua y permanente.
Como resultado, las personas pertenecientes a este estrato socioeconómico carecen de oportunidades y herramientas adecuadas para detonar su productividad, así como acceder y materializar beneficios de la conectividad y la tecnología para mejorar sus condiciones de vida.
Tenencia de Dispositivos Móviles
En lo que respecta a la tenencia de dispositivos con capacidad de conexión a internet, se registra un nivel elevado en todos los estratos socioeconómicos. Así, 83.9% de las líneas de usuarios D/E están asociadas a una teléfono inteligente o smartphone, cifra que registra una diferencia escasa frente a niveles más altos: C/C- 91.1%, C+ 95.3% y A/B 100%.
Tenencia de Smartphones por NSE
Sin embargo, existe una brecha significativa en las capacidades de los equipos, lo cual limita el potencial de uso para los segmentos más desfavorecidos de la población. Puesto que 52.9% de los usuarios D/E reportan tener un equipo de gama baja, con un valor inferior a los $3,000 pesos, mientras que, para el resto de los NSE, esta proporción es significativamente menor: 43.4% en C/C-, 33.0% en C+ y 19.4% en A/B.
Estos equipos tienen la capacidad de dar acceso a servicios de mensajería instantánea y redes sociales, pero difícilmente habilitan otro tipo de aplicaciones por sus bajas capacidades de memoria o almacenamiento.
Por todo lo anterior, es manifiesta una proclividad social de la movilidad, al registrarse altos niveles de acceso a servicios y dispositivos móviles en todos los estratos socioeconómicos. Sin embargo, aún persiste una brecha de conectividad en los NSE más bajos.
El Estado tiene la obligación y reto de promover de manera eficiente los mecanismos necesarios, vía política pública o incentivos al mercado, para alcanzar un pleno acceso de servicios móviles en los segmentos de la población más vulnerables y desfavorecidos del país, como estrategia para detonar su desarrollo.
De esta forma, las herramientas tecnológicas y digitales representan un mecanismo importante para generar igualdad de oportunidades en el país, en otras palabras, eliminar la brecha digital puede tener un efecto directo e importante en las desigualdades socioeconómicas que enfrenta nuestro país.

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