Avizoran mayor problemática económica si continúa la pugna política en Michoacán

Las pugnas entre los gobernadores saliente y entrante podrían causar que el crecimiento del PIBE baje de 2.5 a 1.5%, que la generación de empleo formal disminuya de de 9,650 a 5,200 y que la pobreza laboral suba de 36.3 a 38.0%

Morelia, Michoacán. Un proceso áspero de transición en el gobierno estatal que continúe hasta una pugna sostenida de partidos política podría desencadenar también efectos económicos negativos en Michoacán, advierte el investigador nicolaita Heliodo Gil Corona.

Este lunes el gobernador Silvano Aureoles nuevamente ‘robó’ espacio mediático al acudir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y la Fiscalía General de la República (FGR) a presentar las pruebas que dice tener sobre una narcoelección en Michoacán, sin embargo, este estira y afloja político podría trasladarse con el paso de los meses en inestabilidad social, como ya ha sucedido en el pasado, refiere el académico de la Universidad Michoacana (UMSNH).

Alerta Heliodoro Gil Corona que un conflicto sostenido postelectoral podría reducir la tasa de generación empleo e incluso el crecimiento del PIB estatal, pasando de un ya de por sí modesto 2.5 por ciento a 1.5 por ciento.

“Hemos visto a lo largo del tiempo lamentables crisis que ha enfrentado Michoacán con consecuencias que han desembocado no sólo en el tema de la gobernanza, sino sobre todo en los efectos económicos”, destacó el también coordinador de Proyectos Estratégicos del Colegio de Economistas del Estado de Michoacán (CEEM), quien recordó que desde 1988 la situación política de la entidad ha privado como factor determinante en su estabilidad financiera.

La caída de Luis Martínez Villicaña en 1988; el interinato de Genovevo Figueroa Zamudio de 1988 a 1992; los 21 días del gobierno de Eduardo Villaseñor Peña en 1992, y otro interinato con Ausencio Chávez Hernández de 1992 a febrero de 1996, transitando por la crisis económica de 1995, abonó todo ello a configurar una trayectoria de la economía estatal de lento crecimiento”, detalló Heliodoro Gil.

En este lapso de tiempo, entre 1989 y 1995, la tasa de crecimiento anual fue de apenas 2.4 puntos porcentuales en promedio.

“En la gestión 2012 a 2015, con el arribo de 3 gobernadores: Fausto Vallejo Figueroa, Jesús Reyna García y Salvador Jara Guerrero, los michoacanos enfrentaron inseguridad, zozobra y crisis financiera”, continuó en su análisis el investigador de la UMSNH.

Reconoció que en este periodo hubo, además, otros “ingredientes” que “sazonaron” los conflictos políticos y sociales. “Surgen las autodefensas en contra del crimen organizado y aparece por mandato del entonces presidente Enrique Peña Nieto, el denominado Virrey Alfredo Castillo Cervantes que, en los hechos, se convirtió en el verdadero gobernador de Michoacán”, dijo.

Al final, más allá de los temas de seguridad y gobernanza, “en lo estrictamente productivo se contrajo la economía estatal, se dilató el mercado laboral y se agudizó la crisis financiera”.

Ante el panorama actual, donde la alianza entre PRI, PAN y PRD, azuzada por la postura del gobernador Silvano Aureoles se resiste a reconocer la derrota y llevará hasta la última instancia jurídica la elección para buscar anularla, se dibujan matices que recuerdan a pleitos sociopolíticos del pasado, considera Heliodoro Gil Corona, “y no perdamos de vista que la economía de Michoacán trae una inercia contractiva que, atizada con un conflicto político, puede desencadenar en un estancamiento de varios años”.

Recalcó que de 2016 a la fecha la economía de Michoacán viene en retroceso, por lo que en cinco años manifestó un crecimiento de apenas de 0.5 por ciento promedio anual, la tasa más baja para una administración estatal desde 1980.

“La jugada de la alianza PRI-PAN-PRD no prosperó y la declaración de Silvano Aureoles Conejo de solicitar la anulación de la victoria de Alfredo Ramírez Bedolla puede detonar en un escenario de severo retroceso económico en la entidad en 2021 con prolongación para el año 2022”, advirtió el especialista del CEEM

Esto, en palabras de Gil Corona, podría traducirse en pugna virulenta entre partidos, que generen un clima adverso para atraer inversiones; proceso de entrega-recepción en medio opacidad, recriminación y ocultamiento de información administrativa y financiera, y hasta una crisis en el sistema de pagos a partir de la segunda quincena de septiembre de 2021.

“De editarse los lamentables tiempos de conflicto político, los costos económicos serán lastimosos”, concluyó el economista.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *