MENSAJE DOMINICAL

4º Domingo Pascua ?
El Evangelio de hoy
Juan 10, 27-30

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi padre, y él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno.

Reflexión
Cristo es el Buen Pastor que conoce a sus ovejas. Es propio del pastor bueno conocer a sus ovejas. No nos conoce superficialmente, sólo de nombre o de vista, de vernos algunas veces por la Iglesia y ya está. Dios nos conoce hasta lo más profundo de nuestro ser. Nos conoce incluso mejor que nosotros mismos. Nos conoce tanto que sabe incluso de nuestros pecados y de nuestras miserias, por más que queramos ocultarlas ante Él.
Cristo es el Buen Pastor que da la vida eterna. Pero nuestros pecados no nos apartan de ese amor de Dios. Tan grande es el amor de Dios, que da la vida por nosotros que somos sus ovejas, para rescatarnos y llevarnos a los buenos pastos del cielo. Él, al dar su vida en la cruz, nos ha dado a nosotros la vida eterna, la vida de la felicidad del cielo, donde no pasaremos ni hambre ni sed, ni nos hará daño el sol ni el bochorno.
Cristo es el Buen Pastor que nos llama. Esa llamada, que es la vocación, es personal, para cada uno. Es hermoso caer en la cuenta de que Dios piensa en mí, y porque quiere que yo sea feliz, me llama. Así es nuestro Dios. Sólo tenemos que abrir bien nuestros oídos, ponernos a la escucha, y tener la valentía de seguir aquello que Dios quiere de nosotros. Seguro que Él llama a muchos para que le sigan de forma especial, siendo por ejemplo curas, monjas o frailes. Pero no sólo para eso llama el Señor. También llama al matrimonio, a la maternidad o paternidad, a una profesión, a un servicio a los demás. Esta es la vocación de cada uno de nosotros.

Oración
Señor Jesús, buen pastor y hermano nuestro, enséñanos a responder con generosidad y sencillez, al llamado que haces y que siempre esté dispuesto a servirte con alegría y generosidad. Amén.

Acción
Hoy elevaré una oración por aquellos, que consagran su vida por las vocaciones o los llama a la vida religiosa o sacerdotal para que escuchen con atención el llamado de parte de Dios.

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