La iniciativa presentada en la Cámara de Diputados busca que el 12 de diciembre sea no laborable por razones religiosas, culturales y económicas

La Cámara de Diputados ha retrocedido este martes hasta el 12 de diciembre de 1531, cuando la leyenda cuenta que la Virgen de Guadalupe se le apareció por cuarta vez al indio Juan Diego en el cerro de Tepeyac para sanar a su tío. Desde ese momento, la fecha se convirtió en una jornada de culto a la figura religiosa más representativa de México, un Estado que es laico desde 1855 y en el que los gobernantes nunca han mostrado una gran relación con la Iglesia. Sobre todo, si pertenecían al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Sin embargo, esta formación, a través del diputado Rubén Moreira Valdez, ha presentado una iniciativa para que el día de la Virgen de Guadalupe sea festivo por motivos culturales, económicos y religiosos.

La iniciativa propuesta por Moreira pretende reformar el artículo 74 de la Ley Federal del Trabajo para añadir el 12 de diciembre a los ocho días festivos con los que ya cuenta México. La principal razón por la que se aborda la inclusión del día de Guadalupe es porque moviliza a gran parte de la población a pesar de ser laborable. El diputado pone el foco en los niños que acompañan a sus familias en la conmemoración de la virgen: “La Secretaría de Educación Pública (SEP) indica que el 12 de diciembre no se suspenden labores docentes, por lo que oficialmente los niños y niñas asisten a clases”.

La festividad de Guadalupe, para Moreira, alberga “tradiciones ancestrales, creencias religiosas, música y una exquisita oferta gastronómica, que refleja la riqueza histórica de nuestro país y que genera un sentimiento de pertenencia e identidad nacional”. Y también deja una derrama económica muy importante. Los 10 millones de personas que visitaron la Basílica de Guadalupe en 2022 gastaron un total de 225 millones de pesos, un 40,9% más de consumo que en 2019, última celebración antes de la pandemia. A ello se le suma que los turistas internacionales que viajan a distintos lugares de México por la celebración desembolsan un total de 14 mil millones de pesos, según la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo.

La razón más polémica para incluir el 12 de diciembre entre los días no laborables es la de la religión. El diputado priista ha explicado que tanto en Ciudad de México como en todo el país, una gran cantidad de fieles “acuden a los templos religiosos con flores y velas a rendir culto a la Virgen de Guadalupe”. A pesar de que México es laico desde que Benito Juárez retiro el fuero a la Iglesia el 23 de noviembre de 1855, en 2020 el 78% de sus habitantes eran católicos, según datos Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Pero las cifras de creyentes van a la baja. En 2010, 9 de cada 10 personas eran creyentes.

En el calendario de los ocho días festivos de México, solo hay uno ligado a la religión: el 25 de diciembre, día de Navidad. Aunque algunos sectores laborales ya se toman el día 12 de diciembre libre, como es el caso de los empleados de los bancos. “Los trabajadores retomaron la celebración para conmemorar el día del trabajador bancario, por lo que no hay servicio a nivel nacional”, se lee entre los motivos para declarar la fecha de Guadalupe festiva.

La propuesta se hace extraña no por sus razones, sino por el partido que lo propone. El PRI, en sus 70 años de dominio del Gobierno de México, siempre mantuvo unas relaciones discretas con las autoridades religiosas y el Vaticano. De hecho, la primera asistencia de un presidente priista a una misa no llegó hasta 2013. Ese año, Enrique Peña Nieto viajó a Roma para asistir al rito católico que designaba al argentino Jorge Bergoglio como nuevo papa, de nombre Francisco. En 2023, si el milagro, como el de Juan Diego en 1553, se consuma en la Cámara de Diputados, el próximo 12 de diciembre millones de mexicanos no tendrán que acudir al trabajo o la escuela.