Bilingüismo y educación. Un estudio en Michoacán de Ma. del Consuelo Ros Romero

El libro Bilingüismo y educación. Un estudio en Michoacán, escrito por Ma. del Consuelo Ros Romero y publicado en 1981 por el Instituto Nacional Indigenista, se presenta como un análisis detallado de la situación del bilingüismo en el ámbito educativo, explorando una cuestión que ha sido objeto de debate y reflexión en la sociedad mexicana durante siglos: la relación entre las lenguas indígenas y el castellano en el proceso de enseñanza y aprendizaje. En sus 259 páginas, la autora no solo documenta la realidad lingüística de Michoacán, sino que también conecta este fenómeno con el desarrollo histórico de la educación en México.
La autora arranca su análisis con una mirada al pasado colonial, un periodo crucial para comprender las tensiones entre las lenguas indígenas y el castellano. Desde los primeros años de la Colonia, se planteó la disyuntiva sobre cómo catequizar a los pueblos originarios: ¿en sus lenguas maternas o en el castellano? Este dilema es apenas un reflejo de una problemática mucho más amplia y profunda que ha marcado la historia de la educación en México. Uno de los momentos clave que resalta Ros Romero es el decreto de 1767 por parte de Felipe IV, que instaba a la Universidad de la Ciudad de México a implementar cursos en las lenguas vernáculas, un reconocimiento tardío pero significativo del valor y la importancia de los idiomas indígenas.
A través de la obra, la autora examina cómo, desde la época de la Independencia hasta el Movimiento Revolucionario de 1910, la cuestión del bilingüismo se mantuvo vigente. Sin embargo, el contexto de la lucha por la construcción de una patria homogénea en términos lingüísticos y culturales llevó a la conclusión de que la enseñanza del español debía ser prioritaria. Es en este periodo cuando la idea de “forjar una patria” se traduce en políticas de homogeneización cultural, donde se consideraba que el uso exclusivo del español sería el camino hacia la unidad nacional, relegando las lenguas indígenas a un segundo plano.

Ros Romero presenta el bilingüismo no solo como un tema educativo, sino como una cuestión social y política de gran relevancia. Su estudio pone de manifiesto las tensiones entre la identidad indígena y la identidad nacional, destacando las dificultades que los hablantes de lenguas originarias enfrentan dentro de un sistema educativo predominantemente monolingüe. En este contexto, la autora también reflexiona sobre las políticas educativas implementadas en el siglo XX, las cuales, a pesar de algunos avances, no lograron garantizar una educación inclusiva y respetuosa con la diversidad lingüística de México.
El análisis de la autora es exhaustivo y ofrece una visión crítica sobre las políticas lingüísticas del país, cuestionando la falacia de que la homogeneización lingüística y cultural conduce a una verdadera unidad. En cambio, Ros Romero aboga por una educación bilingüe que no solo reconozca, sino que también valore y potencie las lenguas indígenas como una riqueza cultural y cognitiva, capaz de enriquecer la experiencia educativa de todos los estudiantes.
En conclusión, Bilingüismo y educación. Un estudio en Michoacán es una obra fundamental para comprender las complejidades del bilingüismo en México, no solo desde el punto de vista lingüístico, sino también desde sus implicaciones políticas y sociales. Ros Romero nos invita a reflexionar sobre la importancia de la diversidad lingüística y a reconsiderar las políticas educativas que han marginado a las lenguas indígenas. Su trabajo es un llamado a la inclusión y al respeto por las lenguas y culturas que conforman la riqueza de nuestro país.