Economía y FinanzasOpinion

Netflix y Warner

ELECOM EN PRESPECTIVA 

por Gonzalo Rojon
La semana pasada Netflix acordó adquirir activos estratégicos de Warner Bros.

No se trata de una intención, sino de una negociación que ahora entra en su fase más relevante, la revisión regulatoria. A partir de este punto, el tema central deja de ser financiero y se convierte en un asunto de competencia económica, concentración de mercado y poder dentro del ecosistema global del entretenimiento.

Netflix es la plataforma con mayor escala, mayor presencia internacional y con una base de usuarios que le da una posición dominante en múltiples mercados.

Que ese mismo actor busque integrar estudios, catálogos, franquicias y capacidad plena de producción cambia de forma importante el equilibrio de la industria

De concretarse la operación, Netflix dejaría de ser en su mayoría un gran distribuidor para consolidarse como un jugador integral del entretenimiento.

Esto implica producción, propiedad intelectual, derechos, distribución y una relación directa con millones de usuarios en una sola estructura.

Es justamente ese nivel de integración lo que obliga a las autoridades a observar la transacción con mucho cuidado.Un punto relevante es que esta adquisición no implica necesariamente la desaparición de las marcas.

Por ahora no se ha planteado que HBO deba integrarse de forma inmediata a Netflix. Mantener ambas marcas por separado es un escenario viable desde una perspectiva comercial. HBO conserva una identidad premium, con un tipo de audiencia dispuesto a pagar por una propuesta distinta, mientras que Netflix opera bajo una lógica masiva, con una oferta amplísima de géneros, regiones y formatos.Si las marcas permanecen separadas, el grupo podría capturar ingresos por dos vías distintas.

Si se integran bajo una sola plataforma, el paso casi obligado sería un ajuste en precios. Y ahí aparece una variable cada vez más sensible, la disposición del usuario a seguir absorbiendo incrementos en el costo del streaming. Hoy los consumidores comparan, cancelan, regresan y ajustan sus gastos con mucha más cautela que hace algunos años.

Tanto HBO como Netflix arrastran además un historial de gasto muy elevado en producción. HBO apostó durante años por megaproducciones para sostener su prestigio creativo. Netflix, por su parte, decidió construir una fábrica global de contenido, financiando producciones en decenas de países, en todos los formatos y para todo tipo de audiencias.

El resultado fue expansión acelerada, pero también presión constante sobre la rentabilidad.Más allá de la operación en sí, el caso pone sobre la mesa una discusión de fondo.

Hasta dónde se permite que una sola plataforma concentre producción, distribución, catálogo, datos de usuario y fijación de precios. Esa no es solo una pregunta de negocio, es una pregunta de competencia.La oferta ya está hecha.

Ahora el desenlace dependerá de si las autoridades consideran que el nivel de concentración resultante es compatible con un mercado abierto y competitivo. De esa decisión dependerá el rumbo que tomará el streaming a nivel global.

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