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Netflix, Paramount y el Futuro de Warner

TELECOM EN PRESPECTIVA 

por Gonzalo Rojon
Un día después de que se publicara la oferta de Netflix por Warner, apareció un segundo movimiento que cambió por completo la lectura del mercado.

Paramount también puso una propuesta sobre la mesa. Con ello, la discusión dejó de girar exclusivamente en torno a una posible consolidación dominante y pasó a convertirse en una disputa abierta por uno de los activos más relevantes de la industria audiovisual global

.Como les contaba en mi columna pasada, la venta de Warner no es un evento menor. Involucra estudios, bibliotecas de contenido, propiedad intelectual, plataformas de streaming y franquicias de alcance global.

En términos económicos, se trata de una operación que impacta directamente los niveles de concentración, la rivalidad efectiva y las condiciones de acceso a contenidos, particularmente en el mercado de video bajo demanda por suscripción. (SVOD)

Si el comprador fuera Netflix, el efecto principal sería reforzar una posición que ya es dominante. La integración de HBO Max, Warner Bros. Pictures y un portafolio amplio de franquicias incrementaría de forma significativa su capacidad para fijar precios, definir condiciones de acceso y marcar estándares dentro del mercado.

No se trata necesariamente de eliminar competidores de inmediato, sino de reducir la presión competitiva real que hoy todavía existe.Desde una perspectiva cuantitativa, una entidad combinada podría concentrar alrededor de 40% a 45% de las suscripciones a nivel global y superar 60% en mercados como México.

Ese nivel de concentración no es trivial. Implica mayor poder para condicionar esquemas de licenciamiento, limitar el acceso a contenidos clave y elevar barreras para otros jugadores, especialmente en regiones con alta sensibilidad al precio como América Latina.

Por el contrario, el escenario Paramount-Warner responde a una lógica distinta. Aquí no se fortalece al líder, sino que se construye un contrapeso. La integración de Paramount con Warner daría lugar a un grupo con mayor escala para competir frente a Netflix y Disney, combinando producción, televisión lineal, cable y streaming.

En este caso, la participación de mercado conjunta rondaría 15 por ciento en streaming, con una estructura más diversificada.Ambos caminos activan alertas antimonopolio. La diferencia está en su intensidad y en su naturaleza.

En el caso de Netflix, el foco está en la integración vertical total, datos de consumo, distribución global y control de activos críticos.

En el caso de Paramount, el análisis se concentra más en posibles prácticas de exclusividad y empaquetamiento.La disputa por Warner marca un punto de inflexión.

No se trata únicamente de quién ofrece más dinero, sino de qué estructura de mercado se quiere preservar. Un escenario profundiza riesgos de dominancia, el otro reconfigura la competencia sin eliminarlos por completo.

La decisión regulatoria, más que aprobar o bloquear, deberá enfocarse en mantener un mercado disputable, con incentivos a la innovación, pluralidad de contenidos y opciones reales para las audiencias.

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