Estilo de VidaOpinion

EN LA ESPIRAL  

Vicente González García

“¡YA ES TIEMPO DE INVERTIR EN EL SER HUMANO!”

Ya en diversas ocasiones se ha mencionado en este mismo espacio que la SOCIEDAD POLÍTICA (los gobiernos), si bien no tienen como tarea llevar a la persona humana por caminos que le favorezcan a lograr su perfección espiritual y a su entera libertad de independencia; es decir, a la santidad, o estado de liberación propiamente eterno, SÍ DEBERÍAN LLEVAR de sí sobre sus espaldas, y en razón del fin temporal que los especifica, “EL CONSTRUIR LAS CONDICIONES QUE SIRVAN COMO MEDIO A  LLEVAR A LAS PERSONAS, SIN EXCLUSIÓN ALGUNA, A UN NIVEL DE VIDA MATERIAL, INTELECTUAL Y MORALMENTE PROVECHOSO PARA EL BIEN Y LA PAZ EN TODOS LOS CAMPOS DE LA VIDA SOCIAL”.

Lo anterior, claro está, lleva el propósito de que cada persona se encuentre favorecida verdaderamente en el triunfo creciente de su vida plena como persona y de su libertad espiritual.

Sin embargo, parece que siempre han existido factores que contrastan con estas legitimidades fundamentales de los pueblos.

De hecho, son actitudes inadmisibles para las comunidades, más, su erradicación al interior de los gobiernos, hasta hoy en día, son un  verdadero problema.

Esto, porque quienes legislan, elaboran y aprueban leyes que, además de cobijarlos a ellos mismos para no ser sancionados, les otorgan grandes márgenes para servirse de todo y sin medida. Es decir, legislan a partir de los intereses de sus instituciones partidistas y de los grupos de riqueza y poder. Las comunidades, parece no interesarles.

Entre estos elementos mezquinos, se encuentran: “EL INDIVIDUALISMO Y EL PARTICULARISMO DESVERGONZADO Y DESMEDIDO”, así como EL TOTALITARISMO, o como también se le conoce, “EL ABSOLUTISMO”.

Los sistemas de gobierno, deberían tener en cuenta que el hombre no es sólo persona, es decir, que subsistiendo espiritualmente, es también individuo, es parte inseparable de un linaje. Por ello es integrante de la sociedad a nombre de parte de esta; y necesita la construcción de la vida social para ser llevado a su propia vida de persona y sostenido en ella.

Por ello, la comunidad política indiscutiblemente debe tender a elevar el nivel de existencia de sus gobernados. Debe garantizarlo tan alto como sea posible, orientando un verdadero ánimo y pedir mucho a la sociedad; SÍ, pedirle mucho, pero también otorgarle lo que en justicia le corresponde.

La sociedad civil, lo deben saber quienes gobiernan, que jamás se ha resignado a que se sigan conculcando sus derechos.

Su idea de comunidad espera con ansia un auténtico mejoramiento que le proporcione un bienestar físico, correspondiente pero real; una existencia humana  factible y fraternal; un estado de justicia, de amistad y de prosperidad que haga posible a cada uno de sus integrantes el cumplimiento de su destino.

La sociedad pues, NO PIDE, sino que EXIGE que sus gobernantes estén dispuestos a reconocer realmente el derecho que le es debido a su existencia, al trabajo y al desarrollo de la vida de cada persona.

MUCHOS GOBIERNOS desde siempre HAN HABLADO DE PORVENIRES a largo plazo, porque aseguran que el margen de  duración que nos separa de estos, es adecuado para acordar los procesos de aprovechamiento y redistribución justos y necesarios.

Sin embargo, y pese a tantas promesas hechas por los habilidosos de la política gubernativa, sigue en aumento las grandes corrupciones; fallas garrafales de los sistemas de gobierno que, por su estilo de gobernar, en definitiva, sólo han expresado una modalidad trágica, en la que sus verdades pregonadas han estado viciadas originalmente por la falsa razón anárquica que inspiró su proyecto.

Así pues, si se quiere dibujar y construir una imagen anticipada de la nueva sociedad a que se aspira, toda comunidad, obligadamente tiene que trabajar en salvar sus valores fundamentales y verdades adquiridas ante las realidades inmorales que se siguen sintiendo.

Igualmente deberán comprometerse y ocuparse de inmediato de la llamada “época modernista”, misma que ha robado, sobre todo a los jóvenes, los valores humanos y cristianos, y a cambio de estos les otorga formas erróneas y  verdades a medias parasitarias que han sido la causa de su decadencia frente al sentido auténtico de la vida.

La perspectiva en que toda comunidad debe colocarse, debe ser irreductible y firme ante cualquier otra propuesta que se le quiera vender, y esta, debe distinguirse propiamente de todas  aquellas que se acomodan en su mayor parte en las controversias estériles, y que en primer rango siempre colocan todo lo relacionado con lo económico, más nunca a la persona humana y sus derechos inalienables.

Si la sociedad en su conjunto desea en verdad restaurar el tejido social que se ha visto afectado de forma grave por esa gran diversidad de ilegalidades que se siguen consumando ante la mirada indiferente de los gobiernos, debe saber que ello implica un compromiso ineludible de trabajo incesante y eficaz.

Baste pues, recordar que habrá de enfrentarse con verdadera humanidad la profunda crisis de valores y principios de carácter universal basada en la pérdida del sentido de Dios y del compromiso por la vida.

Habrá que buscar los orígenes de los conflictos y demandar soluciones razonables para desterrar la impunidad y vigorizar el tejido social que permita la recuperación de la identidad de las comunidades y propicie la paz social.

Se debe pues reconocer inexcusablemente que, una sociedad que en su conducta margina a Dios y al prójimo de su vida, se encamina al fracaso y pierde el sentido de futuro.

Esto lo vivimos diariamente, basta con mirar un poco a cada uno de los entornos de la vida social. ¡La vida social solidaria y pacífica de que se disfrutaba, se sigue deteriorando cada vez más a causa de la gran diversidad de delitos e injusticias que se cometen!

Se vive pues en un escenario de crueldad, mismo que se refleja en la gran variedad de delitos. Pero además, tras reconocerse que México es un país de ingreso medio, también debe decirse que abriga grandes rezagos y profundas desigualdades.

Esto, indudablemente afecta la calidad de vida de la mayoría de sus habitantes. Muchos de ellos, al no tener una oportunidad de desarrollo digno, evidentemente que optan por engrosar la cadena de infractores.

¡¡YA ES TIEMPO DE INVERTIR EN EL SER HUMANO!! ¡¡HOY, ES EL MOMENTO DE APOSTARLE TODO AL VERDADERO SENTIDO DE LA VIDA!!

             ….Hasta la próxima, si Dios, nos lo permite……

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