Miradas entrecruzadas. La construcción de la otredad

Amaia Izaola Argüeso
Bellaterra
Las relaciones entre la población autóctona y las personas inmigrantes tienen
lugar en el marco de una categorización, no siempre explícita, que opera
configurando una escala de distancia social que diferencia entre inmigrantes más o
menos cercanos a la cultura de la sociedad receptora en función de sus distintos
orígenes nacionales.
Todas las sociedades construyen y sostienen esquemas típicoideales que aplican a las personas inmigrantes en función de diversos factores, diferenciando en la práctica entre categorías de inmigrantes. Entre esos factores, uno de los más determinantes es la supuesta afinidad o distancia sociocultural que pueda
existir entre la sociedad receptora y las personas inmigrantes a partir del origen nacional.

El resultado es una jerarquización de las personas inmigrantes en función
de su mayor o menor proximidad a nuestra supuesta identidad etnocultural.
Nos encontramos ante una perspectiva y un discurso que construyen la diferencia cultural
de los inmigrantes mediante un doble movimiento: por un lado, atribuyéndoles
determinadas características supuestamente compartidas por todas aquellas
personas con un mismo origen nacional; por otro lado, contrastando esa identidad
colectiva con la identidad colectiva propia de la sociedad receptora.