Estilo de Vida

EN LA ESPIRAL        

   

Vicente González García

“EL CUMPLIMIENTO DEL BIEN COMÚN ES UN DEBER DE JUSTICIA”

En este mismo espacio, en reiteradas ocasiones se ha hecho mención respecto a que los cambios estructurales que se requieren en materia de Justicia Social sólo se lograrán a través de grandes transformaciones, y estas, evidentemente deberán ser emprendidas por personas que tengan una vocación legítima de servicio y verdadera ética misma que generaría confianza y seguridad al pueblo.

Igualmente, se ha hecho referencia a que, si en definitiva la propia Constitución debe actualizarse, como bien se enmarca en el documento del Episcopado Mexicano “ Del Encuentro con Jesucristo a la Solidaridad con Todos”, dichos cambios convendrían hacerse, a partir de una reconsideración de la dignidad de la persona, de sus derechos y obligaciones, (….) que permita a la sociedad tener una norma fundamental más acorde a nuestra realidad humana, cultural e institucional.

Por ello, es de suma importancia tener en cuenta lo que  señala el Catecismo de la Iglesia Católica, donde insta a los gobernantes a que recuerden que: “La autoridad no saca de sí misma su legitimidad moral. No debe comportarse de manera despótica, sino actuar para el Bien Común como una “fuerza moral, que se basa en la libertad y en la conciencia de la tarea y obligaciones que ha recibido” (N. 1902).

Y ¿por qué la autoridad debe actuar procurando el Bien Común?, se preguntarán muchos despistados que nada quieren saber de todo aquello que huela a “formación y educación que tengan que ver con la religión, y sobre todo la Católica”. Pues, justamente, por BIEN COMÚN, señala el documento antes citado, ES PRECISO ENTENDER “EL CONJUNTO DE AQUELLAS CONDICIONES DE VIDA SOCIAL QUE PERMITEN A LOS GRUPOS Y A CADA UNO DE SUS MIEMBROS CON SEGUIR MÁS PLENA Y FÁCILMENTE SU PROPIA PERFECCIÓN” (GS 26, 1; cf. GS 74, 1).

Así pues, sigue explicando el mismo documento que: “EL BIEN COMÚN AFECTA A LA VIDA DE TODOS. EXIGE LA PRUDENCIA DE PARTE DE CADA UNO, Y MÁS AÚN DE AQUELLOS QUE EJERCEN LA AUTORIDAD” (CIC N. 1906).

Para entender cabalmente la práctica del Bien Común, enseña el referido documento: “IMPLICA FINALMENTE, LA PAZ, ES DECIR, LA ESTABILIDAD Y SEGURIDAD DE UN ORDEN JUSTO. SUPONE, POR TANTO QUE LA AUTORIDAD ASEGURA, POR MEDIOS HONESTOS, LA SEGURIDAD DE LA SOCIEDAD Y LA DE SUS MIEMBROS”.

“EL BIEN COMÚN, agrega, TAMBIÉN FUNDAMENTA EL DERECHO A LA LEGÍTIMA DEFENSA INDIVIDUAL Y COLECTIVA” (CIC N. 1909).

Por tanto, cuando se habla de JUSTICIA, necesariamente se tiene que hablar también de uno de los frutos del Bien Común. Este fruto consiste, como ya se señala líneas arriba, en el conjunto de condiciones sociales de todo tipo que permiten y favorecen el desarrollo integral de todas las personas y grupos de la sociedad. Es decir, implica trabajar por el derecho de otros para alcanzar condiciones de vida digna para todos.

Así pues, EL CUMPLIMIENTO DE LAS EMPRESAS PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL BIEN COMÚN “JAMÁS DEBERÁ VERSE NI ENTENDERSE COMO ACTOS HERÓICOS O DE GENEROSIDAD SUPREMA”,  así  como lo manifiestan hasta el cansancio en los elocuentes discursos, más no en la práctica, algunos políticos que aprovechan cualquier circunstancia para “LEVANTARSE EL GARRERO” Y PROCLAMARSE “CAUDILLOS DE LAS CAUSAS DE LOS POBRES”.

EL  CUIDADO DE ESTA GRAN TAREA, DEBE VERSE Y ENTENDERSE SIMPLE Y SENCILLAMENTE COMO LO QUE ES: “UN DEBER DE JUSTICIA”

Cuánta actualidad sigue cobrando la enseñanza hecha por el Papa SAN JUAN PABLO II en sus conferencias, diálogos, entrevistas y homilías, cuando al referirse a la palabra “justicia”, subrayaba con gran humildad pero tajantemente que: “LA JUSTICIA ES UNA VIRTUD DINÁMICA Y VIVA: DEFIENDE Y PROMUEVE LA INESTIMABLE DIGNIDAD DE LAS PERSONAS Y SE OCUPA DEL BIEN COMÚN, TUTELANDO LAS RELACIONES ENTRE LAS PERSONAS Y LOS PUEBLOS”….

¿Qué es lo que hasta ahora han hecho los representantes populares en la cámara de  Diputados? ¿Acaso han llevado ante el pleno los reclamos más sentidos de la población? Y, si es así, ¿Qué se ha logrado hasta ahora?

Estas y otras interpelaciones siguen aún sin una respuesta clara, pues, aún hoy en día, siguen siendo millones de familias las que continúan siendo irracionalmente abofeteadas, rechazadas, oprimidas, engañadas y abandonadas al lado del camino, por acostumbrados motivos que revelan la terquedad en la incansable administración de políticas públicas sin escrúpulos que sólo buscan satisfacer y seguir consolidando el egoísmo de quienes únicamente viven de la riqueza y el poder.

Así pues, el atraso en que se encuentran millones de familias, como lo enseña el Papa Pablo VI en su Encíclica Populorum Progressio, <<ES LA FALTA DE FRATERNIDAD ENTRE LOS HOMBRES Y ENTRE LOS PUEBLOS>>. Y rescatando el mensaje central de esta Carta Encíclica de Pablo VI, el Pontífice emérito Benedicto XVI, menciona que: “LA VERDAD DEL DESARROLLO CONSISTE EN SU TOTALIDAD: SI NO ES DE TODO HOMBRE Y DE TODOS LOS HOMBRES, NO ES EL VERDADERO DESARROLLO”.

                 …….Hasta la próxima, si Dios, nos lo permite…….

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